Proporcionar justificaciones de corte esquirolesco para intentar deslegitimar la actuación de los trabajadores del metro, lo que menos tiene es sentido.
Si los de metro ganan la huelga, no ganan nada, simplemente no pierden, pero sobre todo, no les pierden el respeto. Ese es el fondo de la cuestión, ante una agresión de esas características, la cual califican incluso de ilegal, responden exigiendo el respeto al que cualquier trabajador tiene derecho. Para cualquier empresa, una situación como la que han creado supone unas pérdidas muy importantes. La posibilidad de que una huelga de trabajadores llegue a generar unos perjuicios tan importantes en cualquier empresa supone, como mínimo, la salida de la dirección. Y eso es lo que ganamos los demás, que gracias a ellos nos respetarán como deben.
El relativismo cultural nos aleja de los bárbaros y nos acerca a la omnisciencia: los llamados derechos humanos son una convención a los que determinadas culturas, con siglos de retraso, no pueden adherirse. No se trata de política ni de gobiernos despóticos, es el pueblo, el ganadero y el herrero, el que no quiere adherirse porque no comprenden el mensaje del futuro. ¿Alguien ha contado la cantidad de cicatrices que tienen las mujeres yanomami en el cuerpo, golpeadas por sus maridos, y que miden el amor de éste por la cantidad de palizas que le propina? Nadie lo ha contado, porque si se está con taparrabos en la selva se aplica el relativismo cultural, pero cuando el del taparrabos quiere voz internacional se lo destruye. Nosotros quemamos a la gente y salimos de la era oscura, podemos observar como salen ellos igual que hicimos nosotros o aniquilar lo diferente por medio de la fuerza, y lo diferente no es el poder, es un pueblo con una cultura y una identidad propia, anacrónica y bárbara.
Ostras, los que os quejáis tanto, aprender a ir en bicicleta, joder, que ya está bien de lloriqueos. Llevo dos o tres días leyendo una cantidad brutal de comentarios como "encerrarlos, despedirlos, al trullo" y cosas así... ¿estamos locos o qué? ¡Lo que están haciendo los trabajadores de Metro de Madrid es lo que tendríamos que aprender a hacer todos para hacer valer nuestros derechos! No, es más fácil recriminarles que no puedo llegar al trabajo...
En Barcelona el transporte público va tan bien que hace años decidí ir en mi propia bicicleta, me compré una plegable y voy que chuto a cualquier parte de la ciudad, incluso con subidas importantes (los que conozcáis el Carmel ya sabéis de qué hablo). Quien no sepa encontrar alternativas que no la pague con quien está intentando que no le pisoteen.
Ojalá cuando vosotros os pongáis a reclamar pasen de vuestro careto, por egoístas. Bueno, tampoco creo que reclaméis...
Si los de metro ganan la huelga, no ganan nada, simplemente no pierden, pero sobre todo, no les pierden el respeto. Ese es el fondo de la cuestión, ante una agresión de esas características, la cual califican incluso de ilegal, responden exigiendo el respeto al que cualquier trabajador tiene derecho. Para cualquier empresa, una situación como la que han creado supone unas pérdidas muy importantes. La posibilidad de que una huelga de trabajadores llegue a generar unos perjuicios tan importantes en cualquier empresa supone, como mínimo, la salida de la dirección. Y eso es lo que ganamos los demás, que gracias a ellos nos respetarán como deben.