Es un absoluto disparate. Si se aplicase el mismo rasero a todos los usuarios de Twitter habría más condenados a prisión que espectadores de fútbol. A mi personalmente no me gusta ese tipo de humor negro me afecte o no, pero nadie debe ser condenado a prisión por contar un chiste. Es de sentido común.
A partir de cierto umbral de corrupción un partido político debería ser disuelto. Y en España ya son unos cuantos los que superan ese límite.