#7 buen comentario
. Pensar eso les hace perder cualquier tipo de inhibición y prender fuego a las antorchas
¡ Qué peligroso es hacer creer a la gente que atacar a otros puede hacerse por algún bien !
#17#22 la cuestión por lo que a algunos no les gusta que OSC acuda a eventos es que él ha financiado y/o apoyado económicamente legislaciones en contra de los derechos de los gays.
Pefo estoy de acuerdo con #17 y #6 Es como no poder escuchar a Wagner porque fuera antisemita. En los casos de los grupos NSBM pues lo entiendo (yo mismo he borrado discografías enteras de mi ordenador por eso) pero no cuando la ideología es tangencial a la obra. #6 lo de MZB me impactó muchísimo. Siendo además súper feminista. En ese caso sí que me he planteado no comprar más libros suyos.
Pero la denuncia la hizo después de que se hubiera muerto porque no quería dañarla en vida. Son casos bastante diferentes.
#6 orson Scott es pastor evangelista, no es homofobo en plan nazi, sino que lo considera no-natural, no es lo mismo estár en contra del concepto de algo que odiarlo activamente. No es lo mismo leñe y mira que me fastidia, por que su saga de Ender la destrozó metiendo el tema religioso en el 3/4 libro y su saga regreso a la tierra tiene puntos increíbles pero una moralina cristiana que da náuseas y agota. Lovecraft era un hijo de su tiempo, educado de forma privada a finales de XIX, claro que era racista. Es como llamar pedofilo a Platón por follarse a sus alumnos adolescentes. Juzgar a escritores de hace decadas con la mirada de hoy en día es injusto.
#12 Como dice #41 es una estafa.
De una obra, la propiedad intelectual es, con mucho, la parte más importante. Esto traducido a euros no se refleja como debiera.
Cuando yo pago la propiedad intelectual de una obra a través de una compra, lo hago a perpetuidad.
El día que vi que tenía la misma película comprada en VHS, DVD y, sí, UMD tomé una buena decisión.
#12. Es una estafa, en toda regla. Lo pueden pintar como quieran 'creadores', 'políticos' y 'empresas' pero se trata de una estafa al sentido común, una estafa a la propia cultura y el conocimiento que beben continuamente de sí mismos para desarrollarse y es una estafa al bolsillo de todos aquellos a los que se les reclaman su diezmos basados en falacias.