Cuando hablamos de nuestra vida (en menéame o fuera) siempre somos los putos amos. Da igual si se trata de méritos académicos, de la crianza de los hijos, de manejar dinero o de saber disfrutar de la vida, así en general. En todo destacamos y todo nos lo hemos ganado. Pero cuando empiezas a rascar ves que la mayoría tenemos algún tipo de ansiedad, estrés, depresión o dolencia no muy bien definida, que ha sido desterrada al terreno de la subjetividad y por tanto al ámbito privado.
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#3 Gracias por tu relato.
El mercado laboral español es bastante poco "acogedor". Para la gente que ha estudiado hay una forma "correcta" de hacer las cosas, a saber: terminar la carrera, entrar rápidamente de becario e ir cogiendo experiencia, en la empresa inicial o en otra de la misma rama. Todo lo que sea improvisación, cambios de mentalidad en vez de afianzar una carrera, etc. está bastante mal visto.
Es muy cierto lo que dices de la presión psicológica. Yo también he escuchado lo de "bueno, más vale eso que nada". Pero desarrollar un trabajo productivo que no te sirve ni para tener donde caerte muerto es más frustrante que simplemente no hacer nada.