No se puede enseñar a no pegar pegando, eso de "les vendrían bien un buen par de tortas a tiempo" es totalmente absurdo. ¿Si en vez de un niño es mi pareja la que me falta al respeto, se justifican y recomiendan de igual manera las tortas y bofetadas?
Si en la calle vemos a un tío darle una bofetada a su mujer o un cachete a su perro, ya estamos hablando de violencia de género y de maltrato animal, pero si el golpe lo recibe un niño, decimos que se lo merecía. Que patético que precisamente aceptemos la violencia con los más débiles y hasta la justifiquemos contando como a nosotros nos golpeaban y somos un ejemplo a seguir.
Si un niño es un gamberro caprichoso y desobediente, la culpa al 100% es de los padres, a ver si de una vez dejamos de hacer culpables a las víctimas y hacemos recaer la responsabilidad en quien en verdad la tiene, que en este caso son los padres.
Pero como siempre, mejor darle castigos y echarle la culpa a los inocentes que no pueden defenderse que a una sarta de padres furiosos que prometen que han hecho lo mejor por sus hijos y si les han salido rana es culpa de la suerte, el gobierno o de los profesores.
#75 Cada animal tiene formas de razonamiento y capacidades distintas, lógicamente nadie le explica a su perro que no debe cruzar la calle si el semáforo está en rojo solo de forma verbal, pero un niño es capaz de entender desde muy pequeño sin necesidad de violencia.
Te invito a ir al parque y observar a las madres y padres "cuidando" de sus hijos mientras marujean con sus amig@s, rara vez miran hacia ellos y si lo hacen es cuando el niño ha rebasado los límites y reaccionan directamente con gritos ¿es eso una forma de educar?
Y eso de que a tu mujer no la tienes que educar... pues yo creo que te equivocas, cuando se empieza a vivir en pareja, debemos aprender muchas cosas nuevas, desde compartir el baño, hasta a recordar que si nos vamos a tomar un café saliendo del trabajo, deberíamos llamar por teléfono a casa para avisar que llegaremos más tarde. A mi nunca se me pasaría por la cabeza darle un bofetón a mi marido por muchas veces que se le olvide llamar o levantar la tapa del váter.
Y por cierto, a mi no me golpeaban, pero si me dieron un par de bofetadas "a tiempo" que no sirvieron para nada más que sentir rabia e impotencia y que no recuerdo ni con orgullo ni amor.
Te recomiendo que leas "Bésame mucho" de Carlos González, principalmente si tienes o piensas tener hijos.