El jueves pasado una empresa empezó a talar de forma ilegal encinas y otros árboles protegidos al lado del Parque Natural Antonio Cúellar (Badajoz). Los vecinos se sienten impotentes, ya que la Guardia Civil y el Seprona se niegan a actuar para impedir la tala, bajo la que pueden esconderse intereses particulares.
Una buena parte de los irreductibles galos... digooo manifestantes, son universitarios. La educación en España lleva años tocada, y sólo espera ya el grito de "¡Tocado y hundido!". Una educación sin calidad implica necesariamente una mala formación de los trabajadores, que repercute en la economía y la calidad de vida en el país. Dado que he pasado por todos los niveles de la educación en España, salvo FP y posgrado, expondré aquí alguno de los puntos que creo podrían mejorarse.
Debido a problemas de salud, no he podido ir ni siquiera un rato a la acampada/revolución de Granada, de modo que al menos quiero dar mi opinión sobre algunas de las causas del descontento de los malvados y viles perroflautas antisistema, formados por ETA, Al-Qaeda y Jose Luis Moreno. No represento a nadie salvo a mí mismo, no soy de ningún partido, salvo de uno: el de la razón humana. Empiezo por la economía, aunque el dinero y su gestión no es, según creo, el mal definitivo y único que asola estas tierras.
Aprovecho la revolución de los malvados, crueles y despiadados antisistema para meter algo de leña al fuego, y de paso, poner el parche antes de la herida. Hace un ratillo he visto en las noticias que nuestra amiga Merkel quiere reducir las vacaciones de los españoles, que superan en dos días a las alemanas, y retrasar más todavía la edad de jubilación. Ante esta injusta situación, decido dedicarle un artículo, ya que sé de buena tinta que me lee con pasión todos los días.