Todos los totalitarismos pretenden estar apoyados en la voz del "pueblo", a la que hacen superior a la ley. Nada le gusta más a la masa que oír eso. Una vez en el poder (lo que buscaban) cambian la ley a su gusto, ya que es lo que "el pueblo" ha querido, claro. Prefieren dedicarse a manipular y poner a las masas de su parte, y que luego sea la fuerza de la mayoría la que arrolle a la razón, convirtiendo a la mayoría en la razón. En esto se parecen extrema izquierda y extrema derecha. Su éxito depende de nosotros. Sepamos distinguir y decir que no a los cantos de sirena de los que pretenden encerrarnos en jaulas de oro; colaboremos en cambio con los ciudadanos con sentido común, los que creen en la razón, la fraternidad, la justicia y la libertad, los verdaderos demócratas.