- Usted fue un gran defensor del Espacio Europeo de Educación Superior, ¿está contento con el resultado?
- No. Ha sido un fracaso, una profunda decepción. Dediqué muchas horas a predicarlo, a preparar planes de estudio..., pero se ha olvidado el factor más importante, el humano. Si se hubiera conducido bien a los profesores, la labor habría sido más fácil. Se empezó con el pie cambiado al aplicar cuatro años en lugar de 3+2 como en Europa. Es algo que me duele mucho, estaba convencido de que hacía falta una revolución en el ámbito docente universitario pero la docencia se ha burocratizado y mercantilizado.