Qué mejor día para hablar del calendario que hoy, un excepcional día 29 de febrero. Aceptemos que, aunque sólo sea porque es bisiesto, 2012 es un año especial. Es curioso que el año bisiesto, que tiene la buena intención de recuperar el tiempo que los años precedentes han ido «perdiendo», tenga el sambenito de año fatal. Aquellos que sean supersticiosos estarán deseando que pase rápido, y no sólo por las noticias sobre el futuro de nuestra economía. Ya lo dice el refranero español: “Año bisiesto, año siniestro” y “Año bisiesto, año sin cuba ni
¡Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español! Simón Bolívar, juramento de Roma.
Por fin pasó esa celebración de la autocomplacencia que responde al nombre de los Goya. Ya se han renovado los votos anuales con los que nuestra pujante cinematografía proclama a los cuatro vientos su actitud comprometida, reivindicativa y amante de la justicia. Ya nos han reconvenido por no saber apreciar sus loables esfuerzos creativos para traer luz a nuestra cada vez más gris realidad. Ya se han lamentado de los problemas que tienen para financiarse por lo malvada que es la autoridad (aquí tal vez podríamos llegar a un principio de acuerdo)
“En el asunto de Urdangarín, encontrarán algún subterfugio jurídico para que el caso se sobresea o pague el pato algún testaferro”, afirma Iñaki Anasagasti. En esa entrevista, el senador por el PNV recuerda también el pacto de silencio que sigue protegiendo las actividades económicas irregulares del propio monarca, hace hincapié en las presiones que está recibiendo el juez instructor del caso Palma Arena y advierte de cómo se intenta, a toda costa, preservar limpia la imagen del rey y de la Infanta Cristina. En relación con la Constitución...