Los miserables de las inmobiliarias no se cansan de destruirlo todo. Por donde pasa un inmobiliario no crece la hierva, solo crecen lilas de los billetes de 500 euros.
Nos vamos a quedar sin naturaleza, todo campos de golf para los ricos, urbanizaciones, y hormigon. Y los políticos mirando hacia otro lado.
Menuda estupidez