Efectivamente Lester, la cosa es así de triste. Pero también hay que tener en cuenta el miedo del opositor por lo general a "hacerse notar" con una reclamación o lo que sea. "Si protestas, la próxima vez es cuando seguro que no aprobarás". Debería acabarse ya este sistema decimonónico en el que no se valora tanto el mérito y la capacidad como la mnemotecnia y el enchufismo. ¿Cuántos notarios, hijos de notarios, nietos de notarios hay?
Y de los jueces ya ni te hablo...
Por la cara, aunque alguno de los que trabajan tras aprobar su oposición durarán más que un martillo metido en manteca: entro a las 9.30, a las 10 desayuno, a las 11 a la plaza, a las 12 a los gitanos, y me voy a las 13.30, que hace calor...