#16 "la erección no estuvo mal/satisfizo al personal"
Mi padre vive en Oleiros y he oído muchos cosas buenas y muchas malas del alcalde. Le ha tocado mucho los huevos a los constructores con unas normas bastante duras e incluso le tiró una obra ilegal a un juez -en Coruña, oyes, que no es una broma enfrentarte a un juez en Coruña-, pero también he oído que él se saltó sus propias normas.
No deja indiferente a nadie.
También creo que tiene que ver con la propia idiosincrasia de la profesión de arquitecto: después de conocer a muchos -Barcelona está plagada de arquitectos de todas las nacionalidades- son probablemente la profesión más pagada, egocéntrica y endogámica del mundo: los arquitectos se casan con arquitectas y tienen arquitectitos. Sólo los cirujanos son tan elitistas, pero estos, al menos, de vez en cuando se casan con enfermeras y renuevan el ADN .
Cuando los arquitectos salen buenos, son una gente muy culta y muy preparada, pero puñados son unos esnobs, unos creídos y unos endiosados. Les meten la idea desde la escuela de que son una casta superior, individualistas, geniales y el estudio de biografías como la de Wright -el arquitecto amado por todos los arquitectos- les refuerza esta idea, les aumenta el ego y cuando fracasan se creen unos incomprendidos. El problema es que nadie es Wright.
Así, cuando después se tienen que poner a diseñar edificios para gente corriente, "la chusma", les sale lo que les sale. Como la famosa frase sobre los políticos "Si los líderes ven lo correcto y el pueblo está equivocado, hay que cambiar de pueblo". Pues lo mismo, si la gente no sabe usar sus edificios, como dice #14, el problema es de la gente, no de ellos.
Estoy generalizando, por supuesto, hay muchos arquitectos que desarrollan su trabajo muy eficientemente, dando soluciones a problemas, diseñando para el uso, no para su ego,igual que hay muchos cocineros que preparan la comida para disfrutar y alimentar, pero este artículo se refiere a la "alta arquitectura", que igual que la "alta cocina" es para cuatro. En el caso de los arquitectos estrella, lo grave es que sus clientes son políticos que desean construír su pirámide con dinero público y de la unión de los dos egos, vienen estos lodos. Ejemplo paradigmático es "A cidade da cultura" de Santiago de Compostela, mausoleo del faraón Fraga.