Hay que ponerse en la piel de los antidisturbios. Los pobres están muy agobiados por las hipotecas salvajes que soportan sus infimos salarios y claro, se tienen que desfogar de alguna manera...
Este caso es un claro ejemplo de que los extremos se acaban tocando.
He aquí otro ejemplo del maldito problema que yo, como nacido y residente en cataluña, opino que nos lastra realmente: No puede ser que después de 30 años de democracia, nuestros políticos sigan dedicando gran parte de su tiempo y esfuerzo a discutir que somos los catalanes, en vez de concentrarse en resolver los problemas del día a día del ciudadano de pie, que tal como demuestra esta estadística, o el sorpresivo debut del "partid pels ciutdadans" en las últimas elecciones, cada vez se la sopla mas los nacionalismos.