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Madrid es la capital del tumulto.Hay colas por todos lados. Cola de 4 horas para comer una hamburguesa en el food truck de Daviz Muñoz que acaban en reyertas. Colas de 200 metros para comer un buñuelo de bacalao. Turnos de más de 100 personas para comprar un bocadillo de calamares. Colas de magufos de las matemáticas que dan la vuelta a la manzana para comprar en Doña Manolita. Peleas en las colas para comprar un mollete de tortilla de alta cocina en el Barrio de Salamanca que precisan de intervención policial. Colas nocturnas de influencers para la apertura de una tienda efímera de la marca de ropa china lowcost Shein. Colas y colas, Madrid es una distopía de la espera.¿Por qué sucede esto?Mucha gente, y especialmente en este país, sufre una enfermedad, llamémosla jaranafilia.La jaranafilia es esa imperiosa necesidad de ir a lugares llenos de gente, de llegar a una playa vacía donde solo hay dos sombrillas y colocar la tuya junto a una de ellas (basado en un hecho real), de acudir a sudorosos encierros taurinos, de tirar petardos en comunión, de ir a ver incómodo un estreno de cine por no poder esperarte un día, de levantarse a las 8 para luchar por una parcela de arena en una playa espantosa, de dormir al raso una noche de diciembre para ponerte en primera fila en un concierto de un mamarracho que estará medio vacío, de hacer una cola de horas para echarte la misma foto en una cascada que millones de personas subirán a su Instagram o, en el colmo de la locura, de preguntar a gente que espera en una cola la razón de la cola, por si ellos también pueden unirse a la cola (basado en hechos reales).Es la España que se va de puente a una ciudad contaminada, atestada de obras, de ruidos, de atascos y coches. Una España que ama la muchedumbre, el jolgorio, el infierno en vida. De esa gente que está encantada de hacerse horas de coche o tren para ESPERAR, para tirar su tiempo a la basura, tan solo porque mucha gente está también esperando. No tengo ninguna duda que son los mismos que compraban el papel higiénico en la pandemia por el solo hecho de que se estaba agotando.Madrid es la urbe perfecta para esos compradores de papel higiénico, para los jaranafílicos: una ciudad cada vez más desustanciada, focalizada en echar a sus ciudadanos y en llenarla de turistas desubicados, capaces de hacer 8 horas de coche para ver luces navideñas, comer en franquicias que próximamente abrirán también en sus ciudades o de comerse unas rijosas patatas bravas en la Gran Vía a 9 euros y hora y media de espera.Personas que aman guardar turno, el jolgorio, la muchedumbre, el ruido, el black friday, los mercadillos navideños hiperinflaccionados y la calle preciados sanferminesca.Esa gente, la gente que necesita la muchedumbre, la gente que tiene miedo a estar sola, lo tiene porque sencillamente no se aguanta. Y no me extraña.Son personas que han convertido las vacaciones en otro puto trabajo. Son maniacos que han convertido su libertad en una puta cárcel.
Llegó el puente de la constitución de diciembre de 2005 y Ricardo Galli le dijo a su mujer: “Voy a hacer esto, y necesito una semana o diez días en que estaré como un ‘zombie’”. Ella dijo: “Si te ilusiona, adelante”. En doce días Galli había programado y publicado Menéame.
El Gobierno cesa a la periodista Gabriela Cañas como presidenta de la agencia de noticias, cargo en el que permanecía desde el año 2020
No solo es un restaurante inventado sino que han generado las mejores valoraciones para atraer clientes. Además, lo han puesto a funcionar por una noche.
El artefacto, dirigido contra un coche que quedó seriamente dañado, no llegó a explosionar
España ha cedido a la OMS su patente para fabricar la vacuna contra la covid-19 a precios asequibles en países en desarrollo.
El enlace de la artista con Guillermo Furiase acabó celebrándose en la sacristía después de que una multitud tomara la iglesia de la Encarnación de Marbella. Cuatro décadas después, hablamos con testigos del día en el que Lola Flores pronunció el icónico “Si me queréis algo, irse”
Clean Architecture is popular because its used as a prescriptive way of organizing code, but should you use it as a prescription? Not really.
Poco humo veo en esta foto.
Madrid es la capital del tumulto.Hay colas por todos lados. Cola de 4 horas para comer una hamburguesa en el food truck de Daviz Muñoz que acaban en reyertas. Colas de 200 metros para comer un buñuelo de bacalao. Turnos de más de 100 personas para comprar un bocadillo de calamares. Colas de magufos de las matemáticas que dan la vuelta a la manzana para comprar en Doña Manolita. Peleas en las colas para comprar un mollete de tortilla de alta cocina en el Barrio de Salamanca que precisan de intervención policial. Colas nocturnas de influencers para la apertura de una tienda efímera de la marca de ropa china lowcost Shein. Colas y colas, Madrid es una distopía de la espera.¿Por qué sucede esto?Mucha gente, y especialmente en este país, sufre una enfermedad, llamémosla jaranafilia.La jaranafilia es esa imperiosa necesidad de ir a lugares llenos de gente, de llegar a una playa vacía donde solo hay dos sombrillas y colocar la tuya junto a una de ellas (basado en un hecho real), de acudir a sudorosos encierros taurinos, de tirar petardos en comunión, de ir a ver incómodo un estreno de cine por no poder esperarte un día, de levantarse a las 8 para luchar por una parcela de arena en una playa espantosa, de dormir al raso una noche de diciembre para ponerte en primera fila en un concierto de un mamarracho que estará medio vacío, de hacer una cola de horas para echarte la misma foto en una cascada que millones de personas subirán a su Instagram o, en el colmo de la locura, de preguntar a gente que espera en una cola la razón de la cola, por si ellos también pueden unirse a la cola (basado en hechos reales).Es la España que se va de puente a una ciudad contaminada, atestada de obras, de ruidos, de atascos y coches. Una España que ama la muchedumbre, el jolgorio, el infierno en vida. De esa gente que está encantada de hacerse horas de coche o tren para ESPERAR, para tirar su tiempo a la basura, tan solo porque mucha gente está también esperando. No tengo ninguna duda que son los mismos que compraban el papel higiénico en la pandemia por el solo hecho de que se estaba agotando.Madrid es la urbe perfecta para esos compradores de papel higiénico, para los jaranafílicos: una ciudad cada vez más desustanciada, focalizada en echar a sus ciudadanos y en llenarla de turistas desubicados, capaces de hacer 8 horas de coche para ver luces navideñas, comer en franquicias que próximamente abrirán también en sus ciudades o de comerse unas rijosas patatas bravas en la Gran Vía a 9 euros y hora y media de espera.Personas que aman guardar turno, el jolgorio, la muchedumbre, el ruido, el black friday, los mercadillos navideños hiperinflaccionados y la calle preciados sanferminesca.Esa gente, la gente que necesita la muchedumbre, la gente que tiene miedo a estar sola, lo tiene porque sencillamente no se aguanta. Y no me extraña.Son personas que han convertido las vacaciones en otro puto trabajo. Son maniacos que han convertido su libertad en una puta cárcel.
Llegó el puente de la constitución de diciembre de 2005 y Ricardo Galli le dijo a su mujer: “Voy a hacer esto, y necesito una semana o diez días en que estaré como un ‘zombie’”. Ella dijo: “Si te ilusiona, adelante”. En doce días Galli había programado y publicado Menéame.
@Charles_Dexter_Ward @patchgirl @thorin @Cesc_ Me lo apunto. Gracias.
@Cesc_ @patchgirl Nunca es tarde para abrirse un TIkTokk
@kutto Camiseta:
@Cesc_ @patchgirl
@patchgirl no estaría mal (creo) algún enlace por algún sitio al Tchiss, Tik tok, Ytb, tuiter, etc de MNM.
Soy de los que hoy se entera del TT de MNM
Meto akutto (por putear)
@thorin @Cesc_
@ElCuñadoDelHacker @kutto Buen resumen!
No Berlanga, señores. NI BERLANGA.