Vaya, empiezan a poner el barro los apesebrados. Me temo que va a resultar que el que dice la verdad es el cerdo picardo y los que mienten son los de siempre.
Resulta curioso contemplar como hay tantos que han aceptado, e incluso defienden, la inoculación de un producto que no ha pasado los controles pertinentes. Que bien funciona la propaganda.
Es curioso que a estas alturas sean los cristianos quienes defienden la ciencia frente a los zumbados que inventan despropósitos para justificar sus locuras.