Si se lo compras a una panificadora para venderlo a una panadería, estarías especulando. Si lo compras para consumirlo, no. Sin los especuladores no habría pescado en el interior, ni fruta en suecia en invierno. Tampoco existiría la bolsa, o sería extremadamente ilíquida, de forma que las empresas no podrían financiarse ni los ahorradores invertir en ellas.
Los especuladores, guste poco o no, son los primeros en descubrir que Grecia es insolvente, y lo reflejan en el precio de sus bonos. Ese reflejo en los precios es una información valiosísima, porque si te tienes que fiar del gobierno griego, estás condenado a vivir en la mentira.
Cat, eso es cuando expone la etimología de la palabra especulador. Para hacer ver que en realidad las connotaciones negativas que tiene la palabra especulación son bastante infundadas. Cierto es que el especulador se guía por el lucro, pero en su afan por buscar el lucro cumple funciones imprescindibles para que los mercados puedan funcionar.