En realidad esto tiene algo peligroso: a simple vista parece genial, pero lo cierto es que cada vez más nos transformamos en seres sin vida social. No hará falta salir de la casa para hacer las compras, ni para trabajar, tal vez hasta los niños desearán quedarse en casa y que la educación les llegue vía internet. Y entonces, si eso sucede, seremos prisioneros de nuestra propia libertad, encerrados en casas, sin motivos para salir. Hay que tener cuidado.