#46 No sé si coincidió con su cumple, no estoy al tanto del insufrible chupipandilleo del nótame, pero troll aplicado a Perl es como llamar al rey campechano, queda como simpático y cercano al populus. Fijo que le gusta que le llamen troll más que maquiavélico y orwelliano, del mismo modo que al rey le hace más gracia lo de campechano que lo de vago y chorizo y...
- fue enviado por un "habitual" de menéame.
- y es del blog de otro "habitual" de menéame.
Pero se nota que esta noticia una vez en portada no se come ni una rosca. Y ahora me caerán los negativos de los de siempre, defensores de la patria de menéame
#2 De entre todos los tipos de violencia que se producen en la sociedad, una de las más graves es la que se produce por motivos ideológicos, porque atenta contra uno de los principios básicos de toda sociedad democrática: la libertad de expresión. Así que no es una cuestión baladí que la agresión se haya producido por parte de unos ultraderechistas contra unos jóvenes en el ejercicio de sus actividades públicas. Es una cuestión de máxima importancia y debe producirse la más firme de las condenas por parte de tod@s.
Lo que me sorprende no es la bajeza e inmoralidad de la mujer, que parecía algo alcoholizada además de ser una barriobajera, sino la apatía generalizada del resto del vagón, muchos con risitas estúpidas porque no son capaces de reaccionar como la situación merece.
Desde luego, hay clases y clases de personas, y los que han contemplado esa escena sin intervenir no son precisamente las que yo tengo como ejemplo en mi haber. De la protagonista ya ni hablo porque está en el escalón más bajo.
#3 En esta noticia se habla del tío de Julián Esteban Rivera; y sí, sus familiares dan fe de que era un "desafecto a la religión". ¿Lo consideras tú también así?
La violencia policial en Perú tiene mucho que ver con la absoluta falta de democracia de un país cuyos destinos son regidos por la oligarquía afín a Estados Unidos y las multinacionales extranjeras, mientras la inmensa mayoría de su población permanece sumida en la más absoluta miseria:
Diez de enero de 2008. John Acosta, un niño peruano, falleció en Pucallpa, por el impacto de una bomba lacrimógena. También otro niño murió por la acción policial. El 22 de abril de 2007, Imel Huayta, de ocho años, viajaba con sus padres en un camión cuando varias balas impactaron en el parabrisas. La policía realizaba un operativo contra el contrabando. El hermano de Imel, de cuatro años, quedó también gravemente herido. No han sido las únicas víctimas. El 12 de abril de 2007, diez días antes de la muerte de Imel, Marvin González, joven agricultor de Chimbote, fue abatido por la espalda. También fueron asesinados Julián Altamirano (Andahuaylas, 15 de julio del 2007) e Isidro Llanos (2 de agosto del 2006). Las principales víctimas de la represión policial peruana son campesinos. Doce de los quince muertos durante el gobierno de Toledo, desde Reemberto Herrera y Melanio García, enfrentados a la empresa Majaz, hasta Guillermo Tolentino, que protestaba contra los abusos de Barrick en Huaraz, pasando por Efraín Arzapalo, quien reclamaba contra la contaminación del Lago Chinchaycocha en Junín. El presidente Alan García ha elogiado el brutal "desempeño" policial. Pocas horas después de sus declaraciones, el estudiante ayacuchano Edgar Huayta, que participaba en los funerales de dos campesinos asesinados, recibía una bomba lacrimógena en la cabeza.
#1 Exacto, lo deleznable es que se celebre una misa sobre una fosa común llena de fusilados, y que el intermediario de dios en la tierra, esto es, la Santa Madre Iglesia, en 70 años no haya pedido una investigación de esos atroces hechos.
La petición del sobrino es legítima, él sostiene que "Es inaudito que en el lugar donde fueron abandonadas víctimas tan significativamente desafectas a la religión católica como anarquistas, comunistas, socialistas, simples republicanos, bandoleros huidos de la sierra, agnósticos y ateos (...) se celebre una eucaristía católica".
Todas las noticias enviadas a menéame (salvo una) recogen la versión de la bloguera: meneame.net/search.php?q=yoani&p=&s=&h=168&o= así que ya era hora de que alguien contara otra versión de los hechos.
Muchísimas monjas fueron carceleras y estuvieron al cuidado de las presas embarazadas, se tiene constancia de que muchas, tras parir fueron fusiladas y sus hijos vendidos a parejas infértiles de la derecha falangista. Han pasado 70 años y las pruebas o están en manos de la hermética Iglesia o se han destruido y los culpables de aquellos delitos han fallecido.
Una vez más, la Iglesia y sus supuestos intermediarios de dios en la tierra siempre con las manos manchadas del sufrimiento de la humanidad.
#21 Pero qué tonterías dices, espero seguir teniendo mi satisfactoria vida sexual sin tener que usarlas, porque no me apetece meterme ninguna pastilla para el cuerpo ni me apetece gastarme 20 eurazos. Así que vamos, iros a intoxicar a otra parte. La dispensa de la píldora del día después sin receta médica es de lo mejorcito en el ámbito social que ha aprobado este gobierno, al que poco defiendo en otros aspectos, no me llaméis ahora fanboy.
Lo que se necesita es autocontrol, educación, pero no pretendáis controlar la sexualidad de las mujeres como siempre habéis hecho, que se os ve el plumero.
#3 Tabla comparativa entre la legislación actual y el anteproyecto sobre el aborto. En algunos aspectos supone una marcha atrás respecto a la que actualmente está en vigor:
#14 En ningún momento dice que se alegra de la crisis; solamente señala una evidencia, y es que pese a todos los puntos negativos que conlleva para los trabajadores, hay uno positivo, y es que se está incentivando un poco la unión entre ellos para resolver sus problemas de manera colectiva. Pero ni está contento por la crisis ni ésta le favorece políticamente.
#13 Bendita Ley de Protección de Datos, porque permite ocultar la hipocresía de estos grupúsculos ultras que en la calle condenan el aborto y en la vida real son los primeros en llevar a sus mujeres a una de esas clínicas a que las atiende personal médico que luego recibe amenazas, agresiones e incluso la muerte, por parte de esos erróneamente llamados "pro vida".