"(...)En cuanto a Andreas-Dimitris Burtzukos, tenía una mano esposada con la silla en la que estaba sentado. Nos informó de que en el centro de detención de Berea mientras estaba esposado con las manos atrás, le habían puesto una capucha en la cabeza, lo hicieron sentarse de rodillas y lo estuvieron pegando por cuatro horas en la cabeza, en la cara, en la barriga, y le arrancaron parte de su pelo. Esto fue realizado sin ninguna resistencia por su parte y se da por hecho que iba acompañado de amenazas, insultos y palabrotas vulgares. Las consecuencias de estas torturas han sido: hematuria, fuertes mareos, dolores de cabeza, edemas en toda su cara, hematomas en sus dos ojos, contusiones y magulladuras por todas partes. Sus padres informan que su rostro estaba irreconocible y su voz distorsionada por los golpes que había recibido en la mandíbula. También durante tres días estuvo bebiendo solamente agua embotellada, y se les prohibió a los padres facilitar alimentos envasados y zumos a los detenidos".