El otro día leí que los autores se llevan menos por la venta del libro electrónico que por la de papel.
En cualquier caso, a mí no me importa gastarme dinero en libros, quiero que los escritoras coman y bien para que sigan escribiendo. Soy consciente de que ellos no pueden dar conciertos después de escrito el libro. Pero tengo un pequeño problema, últimamente sólo pago por libros de escritores extranjeros, en inglés la mayoría, ya que el precio de las novedades en formato digital es bastante asequible, casi siempre menos de diez euros. De los veinte libros que me he intentado comprar en español de autores españoles, tienen el mismo precio que el libro de papel (o en algunos casos, más caros: se querrá cobrar la novedad y nueva moda de los libros electrónicos) Con esto qué quiero decir, de manera clara, las editoriales españolas son, además de imbéciles, unos piratas ladrones. Que bajen los precios.
Lo del mundo con los becarios es un descojono. Estos dos chiquillos no han terminado ni la facultad. Y no creo que hayan perdido tampoco la virginidad. ¡Vaya parejón! La noticia debería ser lo que pensaba la peña que los vio allí esa noche, fijo que la tertuliana tertulia era un grupo de chascarrillos a su costa.