Conozco decenas de propietarios en la ciudad de Granada que llevan años sin declarar sus viviendas forrándose a costa de los/as estudiantes y trabajadores/as. También hay quiénes se quedan con el dinero de las fianzas (normalmente un mes de alquiler) porque mantienen que el piso se encuentra en malas condiciones, sin ser así, en muchos casos. Luego los/as estudiantes pasan de estos casos y los/as caseros/as se quedan con su dinero, pues nadie se pone a denunciar. desde mi punto de vista NADIE DEBERÍA TENER MÁS CASAS DE LAS QUE PUEDA HABITAR. Si luego pasan estas cosas es normal, se están aprovechando de las personas que precisan de viviendas para estudiar o trabajar, y encima no las declaran. Personas que tengan solamente una vivienda para alquilar, sinceramente, conozco muy pocas, si fuera así, entiendo que es una putada, pero 10 años alquilando pisos (sin reflejar en ninguna parte) me hace reafirmarme de que nadie tiene una sóla casa alquilada, es decir que los parásitos son los mismos dueños/as...
Gran ejemplo a seguir:
Durante sus lecciones en el Instituto de la Paz y los Conflictos de Granada este pasado año, te hacía sentir a su lado, al margen de la posición autoritaria que muchos/as profesores/as muestran al respecto de sus alumnos/as. Si bien los dos metros de altura y más de cien kilos de peso no le ayudaban a sentarse cómodamente en una silla como la del alumnado, nada le impedía hacerlo, y juntos formábamos un círculo donde la conversación fluía, aunque era casi imposible no mirarlo con la autoridad que merecía, pero más moral que legal. Así, sabías que él era el profesor porque su rostro era el único nuevo entre nosotroas/os.
Me quedo con el recuerdo de ver su cara de "espera" a una argumentación de lo dicho -o no-, mirándote fijamente y sin pestañear, mientras el alumnado se pregunta -nos preguntamos- ¿habré dicho/hecho/preguntado bien? Su respuesta/posición no dañaba tu premisa, ni pretendía ser mejor o peor, pero durante el tiempo que abarcaba desde lo dicho hasta tal respuesta -podía ser un minuto largo-, ya habían pasado cientos de intentos de respuestas/decires/haceres por tu mente que, posiblemente, hubieran sido más acertados, y a veces hasta los soltabas/soltábamos esperando su aprobación, pero tampoco llegaba. Por eso, siempre creí pensar que este era su método de aprendizaje: invitar a la reflexión.
Que la tierra le sea leve Profesor.