Numerosos teóricos de las ciencias sociales se han afanado a lo largo de las décadas por definir, categorizar y explicar las revoluciones. Una definición básica de “revolución” implica una ruptura estructural e ideológica con el antiguo régimen. También conlleva unos cambios fundamentales y más o menos rápidos a nivel social, económico y cultural. Sin embargo, conviene ver las revoluciones no como acontecimientos, sino como procesos que típicamente se alargan durante años o, incluso, décadas.