Hace 1 mes | Por helia a elpais.com
Publicado hace 1 mes por helia a elpais.com

La interacción entre la mariquita y la cochinilla demuestra una capacidad inédita que no se creía posible: los depredadores pueden secuestrar y utilizar toxinas novedosas, aun cuando no hay una adaptación evolutiva mutua. Los científicos han publicado los resultados de esta investigación en la revista Proceedings of the Royal Society B.