Romanticismo.- ¿Es posible mantenerlo?

El amor romántico, ese que no parte del sexo, ni del dinero de la otra persona, esa utópica relación en la que imaginas que es posible congeniar con una persona y buscar el desarrollo de ambos en proyectos generados por ambos para ambos.

Esa relación que no es ni machista ni feminista, esa relación que trata de dos personas que se han encontrado habiendo entendido de antes que nadie es responsable de los vacíos propios, y que le importa más la compañía en el camino que el camino que va a caminar a lo largo de su vida, pero si le importa que exista ese camino, un camino de desarrollo y de acumular experiencias y conocimientos compartidos.

Para conseguir esta utópica vida, debemos quitar todos los que priorizan su vida de la de los demás (a la vida en si misma para ser exactos), debemos de quitar a todos los que no tienen la flexibilidad de ver hermosura en las cosas cotidianas de la vida, debemos quitar a la gente que lo tiene todo claro, quitamos a todos los que les cuesta meditar, buscar su centro ante las dificultades, quitamos a todos y todas las que tienen necesidad de control e inseguros que no pueden compartir su ser con otro ser.... Llegados a este punto, y teniendo en cuenta que es francamente imposible que dos seres así coincidan en el espacio y tiempo, ¿existe realmente el romanticismo?

Ese estado ideal de enamoramiento que se conserva a lo largo del tiempo por que ambos elementos pueden mantener un estado de paz y amor a la vida independiente y compartido lo podemos encontrar constantemente en las canciones de las décadas 70, 80 y 90, y emerge en los no frustrados una sensación de plenitud difícil de explicar.

Dicen las filosofías antiguas que todo es mental, que toda emoción sentida o pensamiento, existe per se por el solo hecho de haber sido pensado o sentido, que no debemos frustrarnos por no ver materializado aquello que en nuestra mente ha surgido.

Por tanto, si existe, y si puedes vivir con ello y mantenerlo.