Resumen: En este artículo de opinión reflexiono acerca de si la inmunidad de grupo proporcionada por las vacunas que se están suministrando actualmente es una auténtica inmunidad de grupo y el por qué aquellos que no se vacunen correrán mucho más peligro.
Las epidemias me recuerdan mucho a los incendios forestales. Alguien hace una paella y se le va de las manos la hoguera. El árbol más cercano se incendia, y este a su vez incendia a los árboles más cercanos a él y así el incendio se va propagando.
Las enfermedades se transmiten de forma similar. Hay alguien o algo que te infecta. Cuando digo algo me refiero a por ejemplo las ratas en el caso de la peste bubónica o a un presunto murciélago en el caso del covid o a un ave en la gripe aviar. Y cuando te infectas puedes infectar a su vez a otras personas cercanas.
Y de la misma manera que en un incendio forestal cada árbol que arde extiende el fuego a los siguientes árboles en una epidemia
Volviendo a la metáfora del incendio forestal, ¿Qué pasaría si debido a un incendio anterior 9 de cada diez árboles estuvieran carbonizados?. Respuesta: Que el primer árbol incendiado debido al descuido de nuestro paellero imaginario no podría extenderse debido a que sus árboles más cercanos ya estarían carbonizados. Los árboles carbonizados protegen del incendio a los árboles que no están carbonizados.
Cuando una persona ya ha sufrido una enfermedad o ha sido vacunada es en cierta medida comparable a un árbol carbonizado. El árbol carbonizado no puede arder y no puede extender un incendio. Una persona que ha sido vacunada o ha sufrido una enfermedad no puede infectarse de nuevo y tampoco transmitir esa enfermedad.
Eso es lo que yo entiendo por inmunidad de grupo.
Actualmente a los niños se les vacuna desde pequeños contra el sarampión y otras enfermedades. Existe inmunidad de grupo contra el sarampión y si un porcentaje pequeño de personas, por ejemplo un 10% o un 20%, no estuviera vacunado contra el sarampión, aún así estaría protegido contra el sarampión. Recordad la metáfora del bosque parcialmente quemado.
Pero, ¿Qué pasa con las vacunas que se están suministrando actualmente contra el Covid 19?. Estas vacunas no funcionan como yo siempre he creído que funcionan las vacunas por los siguientes motivos.
- No evitan que vuelvas a contagiarte de la enfermedad.
- No evitan que puedas contagiar a otras personas si te contagias.
Y como características positivas:
- Si te contagias no serás un caso grave y no será necesario ingresarte en el hospital.
- Evita la congestión de los hospitales y un considerable ahorro de gastos públicos.
- Cuando un porcentaje significativamente grande de ciudadanos estén vacunados no serán necesarios los confinamientos ni las restricciones.
Cuando eso ocurra, cuando el grueso de la población esté vacunada, el virus se extenderá rápidamente pero sin consecuencias para la mayor parte de la población que estará vacunada. Será como un vulgar resfriado en el peor de los casos.
Pero , ¿qué pasará con aquellos que no estén vacunados?. Volviendo a nuestra metáfora del bosque en el que 9 de cada 10 árboles están carbonizados, sería como si los árboles pudieran volver a arder de nuevo. Por lo tanto los árboles no carbonizados no estarían a salvo.
Es decir, los no vacunados tendrán muchísimas más probabilidades de ser infectados que en las actuales condiciones y lo más probable es que muchos de ellos acaben en el hospital intubados.
Conclusión: Con las actuales vacunas no es posible alcanzar una auténtica inmunidad de grupo. Eso solo ocurrirá cuando en los próximos años se desarrollen vacunas como las que está desarrollando un grupo de investigación español. Se trata de vacunas que no solo impiden que puedas infectarte de la enfermedad, si no que además impide que puedas ser un agente transmisor.