Aterrizar con precisión en Marte equivale a lanzar una pelota de baloncesto en Lisboa y acertar la canasta en Moscú.
Claro que... La pelota tiene telemetría, un sistema de navegación, y es capaz de hacer pequeños ajustes en su trayectoria. También ha sido diseñada con mucho cuidado.
Si bien es cierto que... Lanzamos desde un coche en movimiento, la canasta también está en un coche en movimiento (aunque conocemos muy bien cómo se mueve), y la pelota va tan rápida que o frenamos o desintegraremos la pelota y la canasta.
Dedicado a los que hacen analogías tan incompletas que sirven para bien poco.
Y si alguien todavía no ha visto la pelota, aquí la tiene: