¿De verdad tiene sentido argumentar que no se puede juzgar desde nuestra escala de valores los actos cometidos hace siglos? ¿Por qué puede juzgarse desde nuestra moral lo que sucede a día de hoy en otros países cuya cultura y valores morales son radicalmente diferentes a los nuestros, pero no puede hacerse lo mismo cuando lo que nos separa no es la geografía sino el tiempo?
Se acerca el 12 de octubre y, como siempre, habrá quienes lleven a cabo todo tipo de actos contra la figura de Cristóbal Colón, y como siempre ese tipo de sucesos invadirán Menéame (prácticamente todos los años hay alguna portada al respecto), y como siempre se les pondrá a parir en los comentarios, con los mismos argumentos de siempre.
No es mi intención defender a los que cometen ese tipo de actos, sino más bien cuestionar uno de esos argumentos, que parece tener mucha aceptación por esta comunidad y que se repite especialmente: que no tiene sentido juzgar las decisiones, actos y sucesos ocurridos hace siglos, desde nuestros criterios morales actuales.
El razonamiento que hay detrás de dicho argumento es que dichas decisiones y actos se cometieron bajo una moral diferente. Es decir, que en aquella época, al ser distintos los valores morales imperantes, no tenían una calificación moral negativa cosas que a día de hoy nos parecen moralmente repugnantes. Por ejemplo, a día de hoy nos parece moralmente inaceptable la esclavitud, en cambio hace quinientos años era algo totalmente normalizado y que no estaba mal visto. Y en base a esto se concluye que es absurdo juzgar a los esclavistas moralmente (decir “qué hijos de puta”, por ejemplo).
A veces se completa esta argumentación afirmando que “en aquella época, era todo el mundo así”. Pretende esta afirmación mostrar lo absurdo de calificar moralmente a gente como Colón por la brutalidad y crueldad empleada contra los nativos con los que se encontró, sosteniendo que en aquella época todo el mundo (incluyendo dichos nativos) eran así de agresivos y brutales, así que señalar a Colón por un rasgo que compartía con todo el mundo no tiene sentido.
Esto último es bastante sencillo de refutar, porque por suerte los viajes de Colón están bien documentados, así como el trato recibido y proporcionado a los nativos. Cualquiera que busque dicha información encontrará que no sólo los primeros nativos con los que se encontró Colón lo trataron bien y hasta lo ayudaron cuando encalló una de sus naves, sino que el propio Colón recibió de los Reyes Católicos la orden de dar buen trato a los habitantes de las tierras que había descubierto, orden que Colón se pasó por el forro mostrando una actitud brutal y cruel por la que terminó siendo encarcelado por los Reyes Católicos.
Me gustaría detenerme un poco sobre esto último: Estamos hablando de los Reyes Católicos, de los que expulsaron a los moriscos y a los judíos, bajo amenaza de ejecución a los que no quisieran irse o convertirse al cristianismo. Hablamos de una reina cuyo confesor era Torquemada. Y aun así, no solo ordenaron a Colón que proporcionase un trato digno a los esclavos sino que lo encarcelaron por incumplir dicha orden y pasarse tres pueblos con dichos nativos.
Esto es una demostración evidente de que no es cierto que la (dudosa) moral de Colón en aquella época fuera algo universal. Su crueldad era excesiva hasta para los cánones morales de entonces. Exculpar a Colón por sus crímenes argumentando que todo el mundo hacía esas cosas en aquella época, es un síntoma de desconocimiento de la Historia. Si Colón realmente hubiera sido un reflejo de la moral imperante, no lo habrían encarcelado, porque “no habría hecho nada malo”. Es más, ni siquiera le hubieran ordenado tratar a los nativos con dignidad y no esclavizarlos.
Pero no es de esto de lo que quería reflexionar, sino de lo contradictorio que puede resultar aplicar el relativismo moral de la forma en que se aplica cuando se afirma que no se puede juzgar el pasado con la moral del presente.
Porque lo que subyace ahí es relativismo moral puro y duro: si nuestra moral fuese correcta y la de hace quinientos años no lo fuera, se podría juzgar perfectamente los hechos de hace quinientos años desde nuestra moral. Si se afirma que no podemos, se está afirmando implícitamente que no hay una moral objetiva y correcta, que la moral es algo subjetivo y que la moral de hace quinientos años puede ser tan válida como la nuestra.
Conviene aclarar una cosa: juzgar los actos de Colón desde nuestra perspectiva moral actual no implica desconocer que en aquella época existiera otro código moral diferente. Se debe entender que en el pasado no compartían nuestra escala de valores para poder entender la Historia y la forma en que se desarrolla, pero entenderla no significa compartirla ni respetarla ni mucho menos no poder juzgarla. Por ejemplo, podemos y debemos entender que en la época de Galileo se pensaba que el Sol giraba alrededor de la Tierra, pero eso no significa que no podamos ni debamos juzgar tal cosa como equivocada, sólo porque nuestros valores racionales actuales, basados en la ciencia y no en la religión, no coinciden con los de entonces.
En cambio, cuando se habla de moral se suele afirmar que no se puede hablar con esa objetividad, porque la moral es una construcción humana, no es como la ciencia, y por tanto lo que hoy consideramos moralmente acertado puede no serlo el día de mañana. Al margen de que con la ciencia también pasa eso, aceptar que no hay una moral objetiva y correcta es lo único que podría justificar que no se juzgue desde nuestra moral actual hechos llevados a cabo bajo otra diferente. Nuestra moral puede estar equivocada, y la suya, ser correcta. No hay una moral universal objetiva y por tanto todas pueden ser válidas. Relativismo moral.
No voy a entrar a discutir si es acertado el relativismo moral. Para mí, no lo es, pero esa no es la cuestión. Lo que vengo a señalar es que el relativismo moral, implícito necesariamente en el argumento que nos ocupa, no es algo que sólo pueda aplicarse a contextos separados por el tiempo. De hecho, el relativismo moral también ha sido ampliamente aplicado al hablar de diferentes culturas existentes hoy en día en el mundo. Recordemos el famoso “son sus costumbres y hay que respetarlas”. Hay que respetarlas porque aunque a nosotros nos parezcan salvajes y bárbaras, se realizan bajo otra cultura diferente, y otra cultura muy a menudo implica también otro código ético diferente (ciertas culturas basadas en el islam son un buen ejemplo). Para nosotros está mal mutilar el clítoris de las niñas, pero para ellos según sus valores morales está bien. Más relativismo moral.
Lo que resulta sumamente contradictorio, es que la inmensa mayoría de los que aplican el relativismo moral para afirmar que no se pueden juzgar con nuestra moral hechos sucedidos hace quinientos años, luego juzgan con nuestra moral hechos sucedidos a cinco mil kilómetros. Y es contradictorio, porque al final es exactamente lo mismo: juicios morales basados en nuestro código moral, y aplicados sobre actos cometidos bajo otro código moral diferente. En el primer caso a esos códigos morales los separa el tiempo, y en el segundo los separa el espacio.
Esta contradicción es enorme, ya que los mismos que (por ejemplo) condenan la esclavitud existente en lugares como Arabia Saudí, la India o Mauritania a día de hoy, tomando por irrelevante el hecho de que se trata de países con otra cultura y otra escala de valores radicalmente diferente a las nuestras, cambian por completo de razonamiento cuando la dimensión que separa nuestras escalas de valores es temporal en vez de geográfica; en ese caso ya no es que no se pueda condenar, sino que no se puede siquiera juzgar el esclavismo ejercido por Cristóbal Colón, ya que nuestros valores morales actuales no aplicaban en ese contexto. Tampoco aplican en el primer caso y ello no les impide juzgarlo y condenarlo.
Y no me vale decir “es que lo que importa es el tiempo, no la distancia”. No hay argumento que sustente tal cosa. Alguien podría decir que los valores morales no tienen por qué cambiar a mejor geográficamente, pero sí lo hacen temporalmente. No es cierto. Esto es así a día de hoy, y simplemente porque asumimos que nuestros valores morales son mejores que los de otros tiempos (lo cual va en contra del relativismo moral por cierto), pero no tiene por qué ser así. Basta mirar a los nazis, o a sus aliados ustachas que eran incluso peores, para darse cuenta de que lo que la sociedad considera moralmente correcto también puede evolucionar a peor.
Yo estoy en contra del relativismo moral, no tengo ningún problema en condenar (moralmente hablando, evidentemente, ya que no soy juez) las barbaridades cometidas por Colón, así como tampoco lo tengo en condenar la ablación o la esclavitud contemporánea (que todavía existe). Pero esa no es la cuestión.
La cuestión es que no se puede defender al mismo tiempo una cosa y la contraria. Si crees en el relativismo moral, aplícalo también cuando se cometan barbaridades en culturas regidas por otra escala de valores en el presente. Y si crees que tienes legitimidad para condenar esas barbaridades, quizá deberías plantearte por qué no te ves con legitimidad para hacer lo mismo con barbaridades de las que no te separa la geografía, sino el paso del tiempo. Por coherencia.