Desde hace unos meses o quizás ya desde que la pandemia se instauró entre nosotros, noto como ha crecido el discurso de derechas o extremaderecha entre gente de mi alrededor o en los sitios web que frecuento. He de decir que escribo este artículo a modo de desahogo porque ha llegado un punto donde siento que se me van cerrando los espacios donde poder expresar mis ideas y que alguien las comparta.
Hace unos años sentía un ambiente, tanto entre gente que conocía personalmente como en el mundo virtual muy de progreso. La gente estaba ilusionada con Podemos, con ir contra los partidos tradicionales, con traer mejoras en los servicios públicos, con acabar con la corrupción. Hoy siento que todo esto se ha venido abajo y que no lo ha hecho simplemente porque la gente se haya podido decepcionar con este partido, que obviamente en muchas cosas no lo ha hecho bien, sino porque llevamos unos años de ofensiva mediática y a través de redes sociales que han acabado destruyendo la imagen de estos de una manera casi irracional, llegando al punto en el que prácticamente nadie te habla bien de Iglesias o Podemos, sino que solo escuchas críticas feroces, a veces basadas en bulos como que cobra una pensión vitalicia y cosas así. Por no hablar de los que claramente simpatizan con la ultraderecha y te hablan como si estuvieran enfadados con el mundo contando lo mal que está todo, los menas, la poca libertad que tienen para decir nada de las mujeres, los impuestos que pagan, etc, parece que vive amargada esta gente con tanto odio dentro.
Realmente esto no me preocuparía tanto si no viniera acompañado de una explosión del discurso más derechista y ultraliberal por tierra, mar y aire. Los referentes de los jóvenes ahora son en muchas ocasiones youtubers que relativizan el no pagar impuestos, que te dicen que vives oprimido por el feminismo, que los homosexuales son unos pesaos y que ser de izquierdas es de carcas, cuando no de boomers.
Claro que esto no es un flor de un día, ya son muchos años en los que en este país se lleva deteriorando el sentimiento de clase. Ya muy poca gente se considera clase obrera, los sindicatos son vistos como algo malo persé, y las huelgas cosas de criminales. Se viene poniendo la semilla para que el discurso ultraliberal pueda penetrar en este país (ya lo ha hecho por ejemplo en Madrid) y lo acabe convirtiendo en un EEUU 2.0. La izquierda parece que no le ha dado demasiada importancia tampoco a esto en favor de centrar el discurso muchas veces en la defensa de las minorías.
Las redes sociales están copadas por el discurso de derechas, solo hay que echar un vistazo a Youtube y ver el número de seguidores que tienen youtubers de derechas, o de los que bueno, no le hacen asco a estos discursos, y compararlos con gente que mantiene discursos más de izquierdas como no sé, Ruben Hood o el camionero Basilio. A esto hay que unirle como gente que aparentemente no estaba politizada como por ejemplo Iker Jiménez, Frank Cuesta o Pérez Reverte ahora tienen un discurso anti-izquierda total (aunque lo vistan de los eufemismos habituales como "no seguir el discurso oficial", no ser "políticamente correcto"). También blogs que antes eran de humor ahora se dedican a ridiculizar el feminismo diariamente y a los "progres", diarios deportivos copados de comentarios de ultraderecha, etc. Por no hablar de la clara derechización de instituciones claves del estado.
Yo puedo entender que haya gente que se sienta decepcionada con este gobierno, que por supuesto es mejorable en todos los aspectos, que el PSOE se comporte casi como un partido de derechas más, que Pedro Sánchez haya demostrado ser un trolero en más de una ocasión, etc., pero ¿en serio queremos que este país sea gobernado por Pablo Casado y Abascal?
Yo sinceramente pienso en esta posibilidad y me entran escalofríos. No quiero ver a España convertida en un país retrógrado y ultraliberal, no quiero ver a España convertida en la Hungría o en la Polonia del sur, pero he de decir que ha llegado un momento que veo que su discurso no es contrarestrado por ningún sitio, que su penetración social vía medios tradicionales y redes sociales no tiene rival, que los bulos no encuentran oposición.
No sé si Pedro Sánchez no se está enterando de nada o es que directamente le da igual irse dentro de 2 años y dejar España en manos de la derecha mientras él se lleve su sueldecito, pero no está haciendo nada para contrarestarlo y con sus meteduras de pata está ayudando además a desgastar su imagen por méritos propios.
Para terminar, quiero dejar claro que más allá de ser de izquierdas, no soy un sectario, y que aunque no compartiría, si viviría más o menos tranquilo con un gobierno de derechas tipo PNV, o CDU, por tanto esto no va de simplemente derecha o izquierda, sino de la derecha que tenemos en este país ahora mismo.
Menéame es quizás de los pocos espacios que aún quedan donde se discuten los bulos (también alguno de izquierdas) y donde se encuentra gente formada e informada. Espero y deseo que no caiga también en manos del ultraliberalismo.
PD Livingstone, te echamos de menos.