Parece que Pablo Casado ha salvado su pellejo este 26-M, pero podría ser un espejismo. El relativo triunfo de Casado viene de que el PP podría gobernar en las comunidades de Madrid, Castilla y León, Murcia y Aragón, así como algunas grandes ciudades como Madrid, Murcia y Málaga. Pero lo cierto es que en todos estos casos, el PP es incapaz de gobernar por sí solo y está dando por hecho que va a conseguir un pacto a la andaluza. Pero las condiciones para Ciudadanos han cambiado enormemente. Con pactos a la andaluza, ciudadanos sería un eterno segundón sin posibilidad de avanzar, enclaustrado entre un PP de porte presidencial y un VOX desatado.
Pero si Ciudadanos empieza a fijarse en el PSOE y juega bien sus bazas, de repente podría tener en sus manos el ayuntamiento de Madrid (con permiso de Más Madrid, que lo haría si asegura que no entra Vox y se mantiene un "legado Carmena"), repartirse las comunidades autónomas antes mencionadas y de paso algún papel de importancia en el Gobierno de España que todavía está por formarse. Además, deja al PP como el claro perdedor de estas elecciones y se convierte en el líder de centro derecha, espacio actualmente vacío con la deriva “voxista” (a excepción de PSOE, pero esa es otra historia, ya que la población lo considera centro-izquierda). Los inconvenientes a este giro no me parecen insalvables:
No sería el primer giro de Ciudadanos, alias el partido veleta.
Las siguientes elecciones están lo suficientemente lejos como para que la gente se vaya a acordar de este giro.
El IBEX 35 estaría contento de quitar de en medio a Podemos y compañía.
La Unión Europea también bendeciría estos pactos.
El pacto andaluz tal vez no duraría mucho y ahí Ciudadanos tendría su gran oportunidad, con una situación en el PSOE andaluz inestable, el PP con la marca del perdedor y Vox a la baja como en estas elecciones.
Dos inconvenientes. Primero Cataluña, ahora que el PSOE la está recuperando, no le conviene nada pactar con C’s. Segundo, los egos de Pedro Sanchez y sobretodo de Albert Rivera, que no es poco.
Como conclusión recordar las similitudes de los pactos con las reacciones químicas que comentaba Rubalcaba (qué bien le vendría ahora a C’s un Rubalcaba). Los iguales se disuelven y los complementarios se fortalecen. Si C's sigue de la mano del PP, se producirá una disolución, si se junta con el PSOE, podríamos volver a un nuevo bipartidismo.