Este año 2020, en el que ya se ha aprobado una actualización del 0,9% de las pensiones contributivas abonadas por el sistema de la Seguridad Social y de Clases Pasivas, si no se consigue aprobar unos nuevos Presupuestos de la Seguridad Social, habrá que recurrir a la figura de la “ampliación de crédito” para hacer frente a los gastos reales por pensiones y prestaciones.
Además, como los mayores ingresos sobre los presupuestados no serán suficientes para financiar los gastos, habrá que echar mano, otro año más, del Fondo de Reserva y de préstamos concedidos por el Estado.
Según el informe al que hace referencia el art. 107 de la Ley de la Seguridad Social, el Fondo de Reserva terminó el ejercicio 2018 con un saldo de 5.043 millones (ampliación en elgorgojorojo.wordpress.com/2020/01/18/fondo-de-reserva-de-la-segurida ) de los que hay que descontar la disposición hecha en Diciembre pasado para atender la extra de Navidad de las pensiones (2.900 millones).
Ahora bien, el Fondo se ha quedado con poco más de 2.000 millones y, en tanto no haya una nueva Ley de Presupuestos Generales del Estado, el préstamo estatal no podrá superar los 13.830,09 millones.
La suma de ambas partidas, a mi juicio, no será suficiente para atender las necesidades de financiación de subsector administrativo de Fondos de la Seguridad Social, conformado por el Sistema de la Seguridad Social, el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y el Fondo de Garantía Salarial (FOGASA), por lo que se requerirá de transferencias del Estado para conseguir el equilibrio presupuestario (en Noviembre de 2019 se aprobó una transferencia especial por 600 millones).