Los resultados electorales, con la pérdida de los ayuntamientos del cambio excepto Cádiz, la bajada en todas las comunidades y el batacazo en las generales y europeas (donde se han llevado un 10% del voto) certifica la caida sin freno de Podemos, rumbo fijo que por otra parte llevan tomado desde hace años.
Poco tardaron en sacar a relucir a Errejones y cloacas, señalando el árbol dentro del bosque de entuertos y fracasos que les envuelve y en el que parece, se ven cómodos desde hace tiempo.
Tal y como si hubieran ido allanando el terreno para el estruendoso fracaso, unas cloacas por aquí, unos chivos expiatorios por allá, unas disculpas con la boca pequeña y a otra cosa. Cero autocrítica, que para eso es nuestro partido, y si todo falla siempre nos quedará la parienta. Si esta va a ser la actitud de la dirección, DEP Podemos.
Como orgulloso partícipe del 15M y asistente al primer Vistalegre, no estoy aquí para exponer las trampas y encarnecidos ataques mediáticos contra el partido morado, de los cuales soy consciente como el que más.
Se sabe desde hace cinco años ya que ante cualquier oportunidad de cambio real la maquina del fango marchará a pleno rendimiento. También cabe recordar que estos engranajes funcionaban cuando algunas encuestas daban a Podemos como partido más votado de España.
Hay que ser menos taxativos a la hora de encontrar culpables externos de la debacle electoral para, por fin, ver si de una vez la dirigencia del partido encuentra el momento para la reflexión y el realismo.
¿Por qué se han perdido millones de votos y votantes potenciales en el camino? ¿Por qué se ha dado este exilio de talento desde dentro del partido?
¿Por qué, tras cinco años de vida, se continúa apostando por un modelo orgánico y personalismos a la vieja usanza en vez de por la innovacion democrática por la que clamaba el 15M?
¿Por qué la estrategia de comunicación del partido ha sido incapaz de contrarrestar los ya más que previsibles constantes ataques mediáticos?
¿Por qué Podemos no es solo incapaz, si no que desiste de incorporar temas esenciales como la crisis climática, el paro o la precariedad en el epicentro del debate público? ¿Por qué su mensaje no ha resonado entre los millones que ya no votan al partido?
El problema no es haber perdido unas elecciones. Utilizando el símil futbolístico que Iglesias menciona de vez en cuando, hay que salir a ganar.
Sin embargo parece que Podemos sale a que no le metan la goleada, incluso teniéndolo todo de cara en algunos escenarios, y les están meando encima un partido tras otro. Nadaplete, no juegan a nada, y encima todavia se plantean renovar al entrenador y las vacas sagradas.
No es solo un problema de táctica o actitud. Se ha perdido completamente el estilo de juego de Podemos. Hay que salir a por todas con ambición y contundencia, no por puestos políticos, si no porque es la única manera de solventar los serios problemas del ciudadano común y el planeta que habitamos.
Un equipo que dice quiere ganar La Liga pero se marca como objetivo real no descender es un fracaso total. Con el conformismo del 10% de los votos no se transforma absolutamente nada (salvo que se planteen hacer reformas en Galapagar).
Que no se engañen en Podemos, los mayores responsables son aquellos en la dirección: los que diseñaron la estrategia comunicativa y electoral, los que decidieron apostar por un modelo de partido basado en personalismos a la vieja usanza y provocaron la huida de talento, los que dejaron marchar las confluencias y premiaron la atomizacion del partido frente a la apertura, esos son los responsables.
Si Podemos se conforma con ser otro partido más y actuar de visagra del PSOE con un 10% de los votos, ha perdido toda razón de ser. O se plantean y hacen las cosas de manera diferente, o el partido continuará abocado a un papel residual o la desaparición.
El cambio comienza con la dimisón de Pablo Iglesias y su equipo, pero solo será posible si los nuevos dirigentes apuestan por un nuevo modelo orgánico, de discurso y estrategia politica, y no por más de lo mismo.
Porque para plantar cara al extremo neoliberalismo y la crisis climática hace falta mucho más que un cambio de caras dentro de un partido con mentalidad chica. Pero primero, ¡QUE SE VAYAN TODOS!