Ante el desamparo de la clase trabajadora por parte de nuestras instituciones durante la crisis del coronavirus, lo pertinente sería que las organizaciones que luchan por la defensa de los derechos de la clase trabajadora actúen como tales y planteen una huelga general indefinida de todos los sectores hasta que el gobierno decida sentarse en la mesa para discutir que medidas tomar a parir de ahora que garanticen la salud de la clase trabajadora.
Imágenes como las de los transportes públicos abarrotados de gente, no se pueden volver a repetir de ninguna manera. Hay que definir claramente, que sectores son imprescindibles para garantizar la subsistencia de la población y encerrar a toda la gente durante la cuarentena. Lo contrario nos aboca a una situación de incertidumbre sine die en la que las consecuencias para nuestra salud pueden ser catastróficas.
Desde aquí hay que hacer un llamado a partidos, sindicatos y demás organizaciones para que sin demora planteen en términos políticos lo que ya está instalado en la conciencia colectiva, que nuestra salud está en peligro y que si ellos no quieren protegerla nosotros vamos a paralizar completamente el país por nuestra cuenta.