Resulta pues, que tras las distintas guerras que asolan al continente africano y en parte, a oriente medio, tenemos un problema con la inmigración de mil pares. Esto se veía venir hace tiempo, tuvo que acentuarse el problema de tal manera, que a estas alturas tenemos a Italia y Grecia saturadas de refugiados, ante la inacción de la UE y sus gobiernos, que han preferido mirar para otro lado, como si esto no fuese con ellos.
En Italia, ante semejante crisis migratoria y la inacción de sus vecinos europeos, un partido fascista, la Liga del Norte, toca poder, aprovechándose de la alarma social que crea esta situación de crisis migratoria, que ante la falta de soluciones, optan por romper la cadena por el eslabón más débil, cargando las culpas al refugiado, cuando en realidad los culpables son otros, los que generan las guerras, por intereses económicos, buscando hacer negocio, conquistando y explotando los recursos naturales de la tierra conquistada, obligando a toda esta pobre gente a huir de la muerte segura.
A los italianos les pasa como a cualquier otro país. Llega un fascista o un nazi echando la culpa de la crisis a el colectivo más débil y marginado, repitiendo mil veces sus mentiras, convencidos de que acabarán convirtiéndose en verdades ( Paul Joseph Goebbels). Porque cuando el sistema capitalista se ve amenazado siempre echa mano del fascismo, que es el arma populista del capitalismo para que no se levante el proletariado en contra del sistema. Porque en realidad, los verdaderos culpables, bien seguros y pertrechados, colmados de riqueza, se frotan las manos viendo como el proletariado se divide y se auto-destruye, mientras se hacen más ricos.
No hay conciencia de clase, ese es el problema, mientras que el rico, sabe muy bien a que clase pertenece, por eso van ganando la guerra.