En verano de 2020 la situación era insostenible así que dieron luz verde a la operación.
Hicieron creer al presidente que era positivo para el virus. Lo aislaron en una habitación que siempre mantenían a una temperatura tres grados por encima o por debajo del confort. Así simulaban síntomas de fiebre.
Los somníferos camuflados de antivirales ayudaron a que el dirigente se encontrase débil y que tuviera ciertas dificultades para respirar. Incluso simularon que lo conectaban a un respirador artificial.
Después de 14 días aislado y aterrorizado, le comunicaron que, aunque había estado a punto de morir, había conseguido superar la enfermedad.
Retomó sus obligaciones como primer mandatario del país más influyente del mundo. Pero habia cambiado. No volvió a contradecir a los expertos sanitarios y científicos, y, siguiendo sus consejos, aprobó medidas para tratar de contener la epidemia, aunque muchas de ellas hicieran que se resintiera la economía.
Cuatro años después, la epidemia se había olvidado y, tanto la renta per cápita como el porcentaje de desempleo, tenían valores cercanos a los de 2018.
Se calcula que la Operación DT+ salvó 50 millones de vidas.