No sobrestimes a las personas con estudios
y contribuirás a disminuir la envidia, la rivalidad y el resentimiento.
No sobrevalores los bienes escasos
y contribuirás a disminuir la codicia, el robo y la corrupción.
No exhibas los bienes que provocan el deseo obtenerlos
y verás cómo los ánimos y el corazón se serenan.
Estas palabras, del Tao Te Ching, de más de 2.500 años de antigüedad, son más actuales que nunca. Para saber cuando es suficiente hay que mirar hacia dentro, no hacia fuera. No son un alegato de la pobreza sino de la sobriedad, hay que tomar conciencia de esto para mejorar nuestra vida y la de los que nos rodean, en el sentido más amplio del término "rodear".