Por qué quiero codearme con Elon Musk

Nada tiene sentido en este Universo de espantapájaros comedores de miel, mucha miel. Si juntamos dos calambres de teutronio y los pusheamos, tenemos una estrofa aflauteada. Así de simple, así de fácil, así de claro. Pero no todo acaba ahí. Es muy posible que sobrevivamos a la hecatombe nuclear, propiciada, auspiciada y recortada por Vladimir Putin, el Hombre Elefante de nuestro tiempo, un señor con ínfulas de cabra y pegamento oleoso. Quién sabe si detrás de todo esto de lo de Ucrania, están los Tiburones de Hollywood, o los de Wall Street. O los de Barrio Sésamo. O tal vez Mark Zuckerberg, o, cómo no, Elon Musk.

De éste quería yo hablar: del lánguido y escuálido atardecer de los amaneceres humanos. De Elon Musk. Hay quien dice que Elon Musk es la persona más rica de la Tierra. Es posible, es muy probable. Este señor, al parecer, vive en hoteles. ¡Y en cubículos! Además quiere conquistar Marte, quiere llevar a la minúscula especie humana más allá de los límites de esta Tierra Plana. Y quiere hacerlo con sus cohetes Falcon Starlink, cohetes como el avión de Pedro Sánchez...

A mi entender, la conquista de Marte está aún algo lejana. Es posible que plantemos el pino en, digamos, ochenta años. Y éste es un cálculo "redondo". Aún no tenemos los medios para viajar cómodamente a Venus. ¿Cómo vamos a hacerlo entonces a Marte? Medicinas, ordenadores, comida, patatas fritas... ¿Cómo llevamos todo esto allá? ¿Cultivaremos sólo patatas en el arrengado y extraño planeta, como en "The Martian"?

Pero no quiero ser pájaro de mal agüero. Quién sabe si antes desarrollamos el Internet Cuántico y logramos calcular el punto de fusión acústica del Torio, hallazgo que nos permitiría viajar a Marte en doce minutos y medio. Ir y volver.

Todo son suposiciones, divagaciones.

Pero Elon Musk existe. Y parece que está determinado a conseguirlo. ¿Qué puede más? ¿Las ganas del empresario de conseguir su objetivo, o la Ciencia, que avanza poco a poco, y cuando Ella quiere?

No estamos solos, de eso no cabe duda. Lagartijas espaciales, como me decía un amigo de la infancia, seguro que existen en variados rincones del Cosmos. Otra cosa es que se hayan levantado Mujeres y Hombres en otros lagares del Universo. Eso es otro cantar. Pero con ésta, y otra, le iremos a Iker Jiménez... en otro momento.

Ahora toca desayunar.

Gracias.

(artículo escrito con el motor basado en IA de generación de texto "Penguin House Deep Foothness" combinando palabras e ideas aleatoriamente aleatorias)