No voy a hablar de tasas de paro, de sueldos, de índices de beneficio empresarial, de la subida de la luz o de reparto de la riqueza, sino de una experiencia directa, de cómo algunas personas están viviendo esta "salida" de la crisis.
Mi esposa tiene, desde hace ya bastantes años, unos 15, un gabinete en el que presta atención a niños y niñas con necesidades especiales. Siempre ha habido alguna familia con problemas económicos, pero ha sido algo circunstancial, sea porque realmente la familia estaba en dificultades, sea porque tenían más cara que espalda, diciéndote que no tenían dinero para las horas de terapia de su hijo mientras lo veías llegar con un coche nuevo. Naturalmente, hay de todo, hay familias en las que tienen buenos sueldos y no tiene problemas, aunque la mayoría son familias de clase media.
Pero lo de este año es inédito: nos hemos encontrado con hasta 6 o 7 familias (supone, más o menos, un 10% de las familias atendidas) que no pueden hacer frente al pago de las horas de terapia de sus hijos, y te piden que les "fíes" esos meses que no pueden pagar hasta que reciban alguna ayuda que han solicitado. Y el caso es que no son familias cuyos miembros no trabajan, no: son trabajadores pobres. Cuando sólo trabaja uno de ellos, incluso trabajando a tiempo completo, sus sueldos no les permiten ni ahorrar no afrontar imprevistos, viven al día. ¿Qué le contestas a una familia que te dice "este mes no me pases el recibo, pásamelo en Diciembre, con la paga; es que se nos ha estropeado el calentador de agua y tenemos que cambiarlo y no me llega para todo."?
Incluso cuando trabajan ambos, los sueldos son tan bajos que no les permiten hacer frente a imprevistos de entidad, como que una reparación seria del coche.
Otro indicador de la situación es que, mientras antes la inmensa mayoría de pagos se hacían por recibo domiciliado, por no decir todos, ahora varias familias, diferentes de las anteriores, piden poder pagar en mano: si el banco ve que tienen dinero en la cuenta, lo usará para pagar recibos de luz, agua, etc., otras deudas, antes de responder al pago de la terapia de sus hijos, así que no se quieren arriesgar a no disponer de ese dinero, así de apurados van.
En otras familias, el recibo lo pasamos directamente a los abuelos del niño/a: sus padres, directamente, no pueden hacer frente a los pagos.
Como decía, nunca antes, en 15 años, ni en lo que se conoce como los peores años de la crisis (2010-14), habíamos visto algo así, familias que prácticamente tienen que escoger entre sobrevivir o pagar las terapias de sus hijos/as.