Hace muy poco El País titulaba en su edición América "Chile prepara un giro a la derecha tranquilo" sin embargo, hoy El Mostrador, un diario digital chileno titula "Chile amanece mirando a la izquierda". La elección ya era histórica por el hecho de incluir el voto extranjero por primera vez (aunque no es decisivo, por lo que sólo tiene valor simbólico) y por acabar con el sistema binominal (que forzaba una bipolaridad en el parlamento). El contexto de estas elecciones y las similitudes con España las expliqué en un artículo anterior en detalle. Esta elección fue además histórica y sorprendente por sus resultados.
Las encuestas y las estimaciones se equivocaron porque si bien Sebastián Piñera ganó la primera vuelta, lo hizo por un porcentaje mucho menor al esperado por la derecha y lejos de ganar sin ballotage el candidato de Chile Vamos apenas logró un 36,64% de las preferencias, inferior al oficialismo de Alejandro Guillier y la izquierda ciudadanista de Beatriz Sánchez y el Frente Amplio. Pero lo más interesante es, de hecho, el cuasi sorpasso del Frente Amplio al oficialismo, donde Beatriz Sánchez apenas pierde por algo más del 2% la posibilidad de competir con Sebastián Piñera. También el fenómeno del conservador pinochetista José Antonio Kast que logró una votación bastante pareja en todo el país consolidando un 4to lugar con algo menos de un 8%.
Esto ha generado mucha inquietud debido a que ninguna encuesta acertó, al igual que ocurrió con el Brexit en el Reino Unido, el plebiscito por la paz en Colombia y (con cierta distancia) al triunfo de Trump , sólo que ésta vez el resultado beneficia a la izquierda del Frente Amplio. Las encuestadoras no sólo no fueron capaces de leer la fuerza de la candidatura de Sánchez infrarrepresentándola sino que tampoco vieron el impacto del voto evangelista que llevó a Kast al 8%. Anoche, uno de los encuestadores más importantes de esta elección apenas podía entregar excusas coherentes. Algunos incluso acusan a ciertas encuestadoras de crear una agenda que favoreciera a Sebastián Piñera.
Lo importante es que el cambio es tan decisivo que de un triunfalismo en la derecha se pasa a una situación de mucha tensión donde hablar de triunfo en segunda vuelta se hace bastante complicado ya que los votos de la izquierda superan con creces al candidato Piñera de cara a las elecciones del próximo mes.
Ya que Chile tiene un sistema presidencialista, Alejandro Guillier necesita no sólo negociar con el Frente Amplio para obtener su apoyo moral sino que también interpelar a los votantes de Beatriz Sánchez. En tanto, Gabriel Boric, uno de los nombres más importantes del Frente Amplio aseguró que ellos no cogobernarán con la Nueva Mayoría. La propia Beatriz Sánchez anoche había acusado a la Nueva Mayoría de menospreciarlos.
Sin embargo, en Chile no sólo se elige a un presidente sino que también a un parlamento bajo las reglas del sistema D'Hondt. ¿El resultado? Por primera vez desde el fin de la dictadura, un grupo político fuera de los dos que históricamente controlaron el parlamento por casi 30 años (Concertación hoy Nueva Mayoría y Chile Vamos) que es el Frente Amplio logra entrar al parlamento y formar una bancada con 20 diputados (tenía 3) a expensas de la Democracia Cristiana y la Nueva Mayoría. Una bancada que va a ser vital tanto en un gobierno de Guillier donde tendría que participar en todas las negociaciones como en un gobierno de derecha donde taponaría cualquier posible intento de retroceder en las reformas al sistema neoliberal que ya empezaron durante el gobierno de Michelle Bachelet. Por cierto, Pablo Iglesias ya felicitó al Frente Amplio diciendo "son ustedes la esperanza". Mientras que la bolsa de comercio de Santiago a la hora de la redacción de este artículo está mostrando una fuerte caída.
Un parlamento chileno que también se caracterizaba por la permanencia de diputados que se reelegían constantemente, algunos desde 1990. Esta elección por primera vez generó una renovación en el congreso con nada menos que 92 diputados nuevos de un total de 155.
La derecha en la elección parlamentaria no logra la mayoría en la Cámara de Diputados, y en el Senado que en Chile es una cámara revisora cuyos miembros duran 8 años en su cargo la Nueva Mayoría mantiene su cuota de poder y el Frente Amplio logra conseguir un senador, algo que no estaba en los planes de muchos.
Para el Frente Amplio también es una responsabilidad enorme llegar al parlamento y tener poder pero al mismo tiempo no ser mirados como "políticos igual que los otros". Esto es especialmente complejo en un gobierno de Alejandro Guillier dado que el eventual apoyo y su presencia en el parlamento harán votar al FA inevitablemente con el oficialismo por cercanía ideológica. Con la derecha sería mucho más sencillo diferenciarse.
El único aspecto que no mostró grandes cambios fue el rendimiento de las mujeres en el parlamento, pues a pesar de una recién estrenada ley de cuotas, las mujeres sólo serán un porcentaje muy menor en las dos cámaras. Sólo un 25% de los parlamentarios serán mujeres.
Lo cierto es que esto muestra que en Latinoamérica no sólo existe el complemento al neoliberalismo de la socialdemocracia de los noventas y el socialismo del siglo XXI de Chávez, Evo y Correa sino una alternativa ciudadana o ciudadanista llamada Frente Amplio que, al menos en el cono sur es una opción intermedia muy potente (Chile, Uruguay e incluso Perú con Veronika Mendoza).