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Hundimiento del submarino nuclear soviético K-8 … a 490 Km de Galicia
Este artículo pretende dar a conocer unos hechos casi desconocidos por la opinión pública y que se corresponden con los efectos colaterales de una guerra que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XX, hoy casi olvidada, la Guerra Fría. Los restos radiactivos de dos reactores nucleares permanecen en el fondo del océano.
El K-8 era un submarino nuclear de doble casco soviético de la clase November (código NATO), Kit ó Ballena, desarrollado de acuerdo con el proyecto 627 A. Con una eslora de 107 m y un desplazamiento en torno a 4000 Tm, fue construido en el astillero de Severodvinsk, cerca de Arcángel, entrando en servicio en 1960. El 8 de abril de 1970, mientras realizaba, junto con otros buques, el ejercicio OKEAN-70, el más grande jamás realizado por la armada soviética, para celebrar el centenario del nacimiento de Vladimir Lenin, cerca del cabo Finisterre, unos cortocircuitos provocaron unas chispas, a causa de las cuáles se desarrollaron dos fuegos simultáneos en el sistema de aire acondicionado de los compartimentos tercero (central) y séptimo, mientras se encontraba en inmersión a una profundidad de 120 m. Los dos reactores nucleares de agua a presión tipo VM-A ó PWR, de 70 MegaWatios cada uno, fueron apagados. El submarino pudo emerger, pero la tripulación fue incapaz de extinguir los fuegos. Los sistemas de emergencia de los reactores nucleares resultaron dañados y dejaron al submarino sin capacidad de generar energía. Los generadores diesel auxiliares se pudieron arrancar, pero sólo por un corto espacio de tiempo. La sala de control y los compartimentos vecinos se vieron llenos de humo a consecuencia del fuego. Mientras el submarino era remolcado hacia su base en medio de vientos extremadamente fuertes y condiciones de mar muy duras, el agua empezó a entrar. Se sopló aire a los tanques de lastre principales en un intento de mantener a flote el navío. El 10 de abril los depósitos de aire comprimido estaban vacíos y el agua comenzó a inundar los compartimentos siete y ocho. Al atardecer del día diez los supervivientes de la tripulación fueron evacuados al buque búlgaro “Avior”. A las 06:20 de la mañana (hora de Moscú) del 12 de abril el submarino se hundió a consecuencia de la pérdida de estabilidad longitudinal, por inundación de los compartimentos de popa del casco de presión. Algunos testigos afirman que en el momento de hundirse el buque se produjeron violentas sacudidas, debidas a choques hidráulicos o golpes de ariete, de incierto origen. Como resultado del accidente murieron 52 personas, incluido el capitán del navío, Vsevolod Borisovich Bessonov. Sobrevivieron 73 marinos. La actuación de los miembros de la tripulación, muchos de los cuáles pagaron con su vida, evitó una explosión nuclear térmica a unos pocos cientos de kilómetros de la costa europea, ya que consiguieron establecer la protección de barras de control de emergencia de los reactores nucleares. Los detalles de este accidente permanecieron secretos hasta el año 1994.
El K-8 era un submarino nuclear de doble casco soviético de la clase November (código NATO), Kit ó Ballena, desarrollado de acuerdo con el proyecto 627 A. Con una eslora de 107 m y un desplazamiento en torno a 4000 Tm, fue construido en el astillero de Severodvinsk, cerca de Arcángel, entrando en servicio en 1960. El 8 de abril de 1970, mientras realizaba, junto con otros buques, el ejercicio OKEAN-70, el más grande jamás realizado por la armada soviética, para celebrar el centenario del nacimiento de Vladimir Lenin, cerca del cabo Finisterre, unos cortocircuitos provocaron unas chispas, a causa de las cuáles se desarrollaron dos fuegos simultáneos en el sistema de aire acondicionado de los compartimentos tercero (central) y séptimo, mientras se encontraba en inmersión a una profundidad de 120 m. Los dos reactores nucleares de agua a presión tipo VM-A ó PWR, de 70 MegaWatios cada uno, fueron apagados. El submarino pudo emerger, pero la tripulación fue incapaz de extinguir los fuegos. Los sistemas de emergencia de los reactores nucleares resultaron dañados y dejaron al submarino sin capacidad de generar energía. Los generadores diesel auxiliares se pudieron arrancar, pero sólo por un corto espacio de tiempo. La sala de control y los compartimentos vecinos se vieron llenos de humo a consecuencia del fuego. Mientras el submarino era remolcado hacia su base en medio de vientos extremadamente fuertes y condiciones de mar muy duras, el agua empezó a entrar. Se sopló aire a los tanques de lastre principales en un intento de mantener a flote el navío. El 10 de abril los depósitos de aire comprimido estaban vacíos y el agua comenzó a inundar los compartimentos siete y ocho. Al atardecer del día diez los supervivientes de la tripulación fueron evacuados al buque búlgaro “Avior”. A las 06:20 de la mañana (hora de Moscú) del 12 de abril el submarino se hundió a consecuencia de la pérdida de estabilidad longitudinal, por inundación de los compartimentos de popa del casco de presión. Algunos testigos afirman que en el momento de hundirse el buque se produjeron violentas sacudidas, debidas a choques hidráulicos o golpes de ariete, de incierto origen. Como resultado del accidente murieron 52 personas, incluido el capitán del navío, Vsevolod Borisovich Bessonov. Sobrevivieron 73 marinos. La actuación de los miembros de la tripulación, muchos de los cuáles pagaron con su vida, evitó una explosión nuclear térmica a unos pocos cientos de kilómetros de la costa europea, ya que consiguieron establecer la protección de barras de control de emergencia de los reactores nucleares. Los detalles de este accidente permanecieron secretos hasta el año 1994.
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