Después de semanas encadenando catarros, gastritis y ciáticas, me he vuelto a pasar la noche en urgencias. Después de cenar me sentía bien y me apoltroné en el sofá con las piernas en alto, apoyadas en un taburete. Al levantarme al cabo de un rato, joder, que la pierna derecha no responde, no la puedo apoyar en el suelo sin alaridos por un dolor inenarrable. Después de meditarlo un rato y de despertar a una vecina para encomendarle la cría (eran las cuatro de la madrugada), me he arrastrado hasta un taxi apoyada en un bastón a modo de muleta y para urgencias. Tengo un tirón muscular de padre y muy señor mío, me han pinchado en el culete y llevo un sueño que me caigo. Y mucho trabajo, y una reunión con la maestra de la peque... Merda .