"Según la visión ortodoxa neoliberal, el socialismo se derrumbó y murió bajo sus propias contradicciones. Pero, ¿no podríamos imaginar una posibilidad alternativa, la de que el socialismo no se derrumbó sino que fue derribado al suelo a porrazos y que no se murió sino que lo asesinaron?
Pensamos en la guerra fría como un periodo en el que la auténtica guerra, la guerra caliente, se mantenía a raya mientras dos sistemas económicos rivales, el capitalista y el socialista, competían por ver cuál de ellos convencía a los pueblos del mundo y se ganaba su adhesión. Pero ¿estarían de acuerdo con esa visión de la época los centenares de millares, tal vez millones, de hombres y mujeres que fueron encarcelados, torturados y ejecutados durante aquellos años por sus creencias políticas y sus acciones públicas? ¿No hubo una guerra caliente mientras duró la guerra fría, una guerra librada en sótanos, celdas carcelarias y salas de interrogatorio en todo el mundo, para cuya realización se invirtieron millones de dólares, hasta que por fin la ganaron, hasta que el desvencijado buque del idealismo socialista cedió y se fue a pique?"
J.M. Coetzee; Diario de un mal año [24. Sobre la izquierda y la derecha]