Había una vez un hombre joven que estudiaba medicina con un maestro sufí, que era también médico. Después de algunos años bajo su tutela, le pidió un día: - Maestro, cuando se presente el próximo paciente, te lo ruego, deja que yo le atienda. ¡Me gustaría ponerme a prueba! - Pienso que no estás listo todavía, – respondió el maestro – pero hagamos una prueba. Te dejaré hacer, y veremos lo que pasa. Poco tiempo después, estaban sentados delante …