Los dirigibles, conocidos popularmente como zepelines por el conde alemán Ferdinand von Zeppelin, que los desarrolló a principios del pasado siglo, y cuya compañía todavía existe, podrían volver como alternativa menos contaminante a los aviones. Durante las décadas de 1920 y 1930, enormes globos alargados cruzaban el Atlántico transportando pasajeros antes de que lo lograran los primeros aeroplanos. El Graf Zeppelin, por ejemplo, voló más de dos millones de kilómetros, incluyendo la primera circunnavegación del planeta (en 21 días, 5 horas y 31 minutos). Como sucede con todos los inventos humanos, durante la I Guerra Mundial fueron usados como arma para bombardear.