Desde hace varios meses intento mudarme a un barrio más céntrico de Madrid. Es realmente difícil encontrar pisos publicados por sus dueños. Lo habitual es que los gestione una inmobiliaria que pretende cobrarme una mensualidad más IVA en concepto de honorarios. Unos 1200€ del ala. Así porque sí. Yo me pregunto qué servicio estoy pagando que merezca tan cuantiosa suma.
-Le buscamos el piso que mejor se adecúe a sus necesidades.
-¡¡¡Pero si os he llamado yo para preguntar por un piso que he visto en idealista!!!
Otra mujer, más sincera, me decía: "ya sé que en otras comunidades no se paga, pero aquí trabajamos así".
Yo entiendo que a quien prestan el servicio es al dueño de la vivienda, que no tiene que atender llamadas, enseñar el piso o redactar el contrato. A mí no me prestan ningún servicio. Es más, prefiero que me enseñe el piso su dueño, que es el que mejor lo conoce y el que me responde a las preguntas o a las contraofertas. Las inmobiliarias son una traba en este proceso. Una traba que me pide 1200€.
Así que uno llega a la conclusión de que está sometido a una extorsión. Nosotros tenemos el poder de decidir quién se queda el piso, o pagas o te quedas sin él. Empresas carroñeras que no aportan nada y que se llevan dinerales por enseñar pisos con mala cara.
Este último mes me he visto varias veces en la situación de decir, quiero el piso, si no me cobras la comisión me lo quedo. Obviamente lo han rechazado todos ellos y pasado un tiempo el importe del alquiler baja unos 100€ (para mi regocijo). A las hienas de la inmobiliaria les importa poco esa bajada, pero al dueño le están haciendo una jugarreta por la que perderán 1200€ al año (y más que bajarán los alquileres).
Por favor, como inquilinos no traguéis con estas prácticas parasitarias. Como dueños no recurráis a ellas, que no van a mirar por vuestro interés.
Por último, es gracioso ver que los alquileres vacacionales de Airbnb que se han sumado al mercado con alquileres para un año también se han apuntado a esta moda y te cobran el mes de marras por la puta cara. Total, si son idiotas y lo pagan, por qué no cobrarlo...
Recientemente Meneame me consultó para que le diera mi opinión sobre lo que necesita el sitio. Aun me faltó mucho que decir, así que lo digo ahora de forma pública. En mi opinión necesitamos un poso más intelectual y ético a los dos lados del foro. En lo que toca a la administración porque meneamos bajo el gobierno de un oscuro secretariado guiado por el vacío existencial de la posmodernidad, claramente sobrepasado por las circunstancias, donde se echa mano de unas normas apañadas de aquella manera o peor se acude al "sentido común", de modo que nos sale mejor a todos que, aunque se administre bien, se haga siempre en silencio porque las explicaciones pueden acabar en sonados patinazos.
Lo mejor sería que estos secretarios operaran siguiendo las directrices públicas de un comité de filósofos sabios que no existe en su esfera (¡alguno habrá! y quizá si dejara de marujear en el Notame lo descubriríamos), pero que si los tenemos activos en el foro. Ellos podrían discutir abiertamente su gestión, porque son intelectualmente superiores al resto de meneantes y administradores, y porque lo que más les gusta es discutir.
Por parte de los usuarios, porque demasiados se dedican a enviar chorradas y a responder en los hilos con gracietas comunes y ordinarieces, generando comentarios birriáticos donde se reproducen ad nauseam chascarrillos, emojis, tópicos y ad hominems patateros. Sufrimos también a los encantados de conocerse, que nos informan de sus gustos sobre cualquier tema sin respaldarlos con razones o al menos aliñarlos con una historia o algún dato de interés.
Camarada meneante, esta muy bien que pienses que juegas mejor al Fortnite con tu ratón de filamentos de grafeno ultradeslizante, pero esto no es una comunidad de vecinos, tu opinión no conlleva un valor sólo por tener una cuenta aquí (#1), tampoco estamos interesados en tu opinión por venir de ti, ya que no nos pareces especial y no nos interesas (de momento) como persona, así que estos comentarios que se limitan a decir cosas como "a mi me funciona", "no tienes ni puta idea" o "eres un (ponga aquí su insulto preferido)" no contienen información que nos seduzca ni despiertan ningún sentimiento si es que se albergan esperanzas de conmovernos con palabras záfias, sólo sirven para hacernos perder el tiempo.
Y por último señalar el sindios técnico del "ignore" y como los niños rata, renuentes a debatir con foristas que les ponen en aprietos pero deseosos de estar en todos los fregados, abusan del mecanismo y con ello socavan el debate en los hilos.
Entramos en los años veinte y seguimos sin tener las robopilinguis que nos prometieron en las películas de los ochenta, no es de extrañar que los últimos días nuestros incels hayan volcado sobre los hilos cascadas de apasionados comentarios llenos de exabruptos. Los coches voladores, las androides voluptuosas y complacientes, ni siquiera los cohetes gigantes, que llevarán a Marte a cientos de pobres diablos, nada de eso termina de llegar. Sin embargo presenciamos impotentes como llega cada día más rápido la decadencia intelectual, la senilidad y la demencia, hasta el punto de que olvidamos nicks y contraseñas y tenemos que hacer nuevos usuarios constantemente para, al poco, volver a perderlos.
Mientras tanto tenemos a nuestro alcance pequeñas pantallas que pueden contener miles de libros y representar texto con unas funcionalidades imposibles en los antiguos soportes. Esto existe desde hace años y es una innovación revolucionaria, frente a esta tecnología los coches voladores y los cohetes gigantes son meras ideas paleofuturistas consistentes en la mejora de algo que existía pero que esperábamos que fuera cada vez más grande, más alto y más rápido. En cambio desde que abandonamos los rollos de pergamino prácticamente nadie había pensado en modificar o hacer algo nuevo con el soporte de los textos #1. Los lectores no buscaban ningún cambio, no había nada que mejorar o cambiar del pasado en ese aspecto. Pero el cambio llegó.
Hace un par de décadas aparecieron los primeros libros electrónicos. Muchos viej... gente de cierta edad sigue agarrada a sus libros de celulosa ignorando que en sus teléfonos llevan encima un soporte más revolucionario que los coches voladores o los cohetes gigantes. Ya sea por mitos, prejuicios o arraigados hábitos no se adaptan a leer en los teléfonos #2, aunque leer en ellos aporta innumerables ventajas (bibliotecas ubicuas, acceso inmediato, portabilidad, etc) en las que no abundaré. Sólo decir que hace veinte años ya era más cómodo leer en las primeras pantallas de las gordas y pesadas tabletas que en los soportes tradicionales, pero hoy en día leer en los teléfonos todavía es más versátil y placentero. #3
A continuación tres sugerencias para la mejor lectura en 2020:
1 Letras rojas sobre fondo negro. Esta combinación la copié de una aplicación para manejar telescopios por la noche, la recomiendan nueve de cada diez astrónomos. El color rojo viene a ser el de los numeritos de los despertadores que tenemos en la mesita de noche. Yo uso este: R254 G59 B0
2 Para leer con esa combinación de colores lo mejor es una pantalla oled así durante la noche, en el dormitorio por ejemplo, la pantalla desparece y sólo vemos letras brillando tenuamente en la oscuridad. De este modo es alucinante la inmersión en la lectura (o en el amodorramiento).
3 Un mando a distancia de chinos bluetooth. Gracias a este artilugio en invierno, poniendo el teléfono sobre un soporte junto a la cama, se puede uno tapar con las mantas hasta la nariz, y no hay necesidad de sacar la mano de debajo de la manta para pasar la página.
La idea que me había hecho de la Raspberry Pi es que el último modelo estuvo a punto de ser ordenador de escritorio, pero no había acabado de conseguirlo. Parecía que el windosero que vive en Linux no iba a quedar complacido utilizándola de esa forma, aunque las expectativas no fueran más allá de publicar en foros, visionar vídeos y hacer las tareas del cole con la Wikipedia.
Al principio la dejé de mediacenter, pero esto ya lo hace mejor el tvbox chinos, así que me dio por trastear y puse un Lubuntu que es una distribución que anda ágil con artilugios arcaicos. Pues resulta que va fino. Los editores de texto funcionan, el navegador se come el giga y pico de memoria pero va fluído. Todo dentro de expectativas ofimáticas. No fui más lejos, y no sin problemas ¡esto es Linux!
Ajustar la resolución a la pantalla del monitor, decirle que funcionara con dos monitores o ponerle el sonido fueron las configuraciones más arduas, resueltas buscando en foros dudosos, editando misteriosos archivos, sin saber en ningún momento lo que estaba haciendo, con resultado de un estropicio de poca relevancia e inesperado éxito en todas las configuraciones importantes.
Dejar apañao el sistema fue sorprendentemente rápido: cuatro horas escudriñando foros y dos crisis de ira, más achacables a la incapacidad de uno que a la dificultad de los problemas. El aterrizaje en Raspberry salió mucho mejor de lo esperado y el windosero no se encuentra excesivamente ensañado con el sistema. Estas plaquitas son más capaces de lo que imaginaba.
Por supuesto el windosero sólo busca navegar con moderación, publicar sus cosas por las redes y seguir escribiendo su novela épica sobre los gigantes de hielo. Con estas expectativas el minipc me ofrece, con menos gasto de todo, todo (creo) lo que necesito de una computadora de escritorio pero con el bendito silencio de los ordenadores domésticos de hace cuarenta años.
La historia del "test fachómetro" que hicieron alumnos de un instituto ha salido en portada en dos noticias, generando un debate muy interesante:
¿Eres «facha»? Un test en el IES Aramo irrita a la derecha
Educación interviene en el caso del test facha de un instituto de Oviedo
Me parece muy bien que se investigue y veremos las conclusiones cuando salgan, aunque el padre que sacó la noticia ya ha dicho que él está conforme con las aclaraciones y que da la cuestión por zanjada. Posiblemente tenga que ver con este otro mensaje, al parecer de otra alumna de la misma clase, que afirma que el test se usó sólo para hablar del tema, que fue anónimo y que el profesor nunca miró las respuestas de ningún alumno. En fin, precaución, ya veremos qué se concluye.
En todo caso, el dichoso test está basado en una conferencia que Umberto Eco dió en 1995 en la Universidad de Columbia, Nueva York, y que luego publicó en sus libros "Cinco escritos morales" y "Contra el fascismo". En ella describe lo que llama el Ur-fascismo (como fascismo primitivo u original) detallándolo en 14 puntos que lo caracterizan.
Aunque ya salió por aquí como noticia me ha parecido interesante copiar el texto completo, ya que se ha puesto de actualidad y puede ampliar el debate (las negritas son mías):
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El término «fascismo» se adapta a todo porque es posible eliminar de un régimen fascista uno o más aspectos, y siempre podremos reconocerlo como fascista. Quítenle al fascismo el imperialismo y obtendrán a Franco o Salazar; quítenle el colonialismo y obtendrán el fascismo balcánico. Añádanle al fascismo italiano un anticapitalismo radical (que nunca fascinó a Mussolini) y obtendrán a Ezra Pound. Añádanle el culto la mitología celta y el misticismo del Grial (completamente ajeno al fascismo oficial) y obtendrán uno de los gurús fascistas más respetados, Julius Evola. A pesar de esta confusión, considero que es posible indicar una lista de características típicas de lo que me gustaría denominar «Ur-Fascismo», o «fascismo eterno». Tales características no pueden quedar encuadradas en un sistema; muchas se contradicen mutuamente, y son típicas de otras formas de despotismo o fanatismo, pero basta con que una de ellas esté presente para hacer coagular una nebulosa fascista.
1. La primera característica de un Ur-Fascismo es el culto de la tradición. El tradicionalismo es más antiguo que el fascismo. No fue típico sólo del pensamiento contrarrevolucionario católico posterior a la Revolución Francesa, sino que nació en la edad helenística tardía como reacción al racionalismo griego clásico. En la cuenca del Mediterráneo, los pueblos de religiones diferentes (aceptadas todas con indulgencia por el Olimpo romano) empezaron a soñar con una revelación recibida en el alba de la historia humana. Esta revelación había permanecido durante mucho tiempo bajo el velo de lenguas ya olvidadas. Estaba encomendada a los jeroglíficos egipcios, a las runas de los celtas, a los textos sagrados, aún desconocidos, de algunas religiones asiáticas. Esta nueva cultura había de ser sincrética. «Sincretismo» no es sólo, como indican los diccionarios, la combinación de formas diferentes de creencias o prácticas. Una combinación de ese tipo debe tolerar las contradicciones. Todos los mensajes originales condenen un germen de sabiduría y, cuando parecen decir cosas diferentes o incompatibles, lo hacen sólo porque todos aluden, alegóricamente, a alguna verdad primitiva. Como consecuencia, ya no puede haber avance del saber. La verdad ya ha sido anunciada de una vez por todas, y lo único que podemos hacer nosotros es seguir interpretando su oscuro mensaje. Es suficiente mirar la cartilla de cualquier movimiento fascista para encontrar a los principales pensadores tradicionalistas. La gnosis nazi se alimentaba de elementos tradicionalistas, sincretistas, ocultos. La fuente teórica más importante de la nueva derecha italiana, Julius Evola, mezclaba el Grial con los Protocolos de los Ancianos de Sión, la alquimia con el Sacro Imperio Romano. El hecho mismo de que, para demostrar su apertura mental, una parte de la derecha italiana haya ampliado recientemente su cartilla juntando a De Maistre, Guénon y Gramsci es una prueba fehaciente de sincretismo. Si curiosean ustedes en los estantes que en las librerías americanas llevan la indicación New Age, encontrarán incluso a San Agustín, el cual, por lo que me parece, no era fascista. Pero el hecho mismo de juntar a San Agustín con Stonehenge, esto es un síntoma de Ur-Fascismo.
2. El tradicionalismo implica el rechazo del modernismo. Tanto los fascistas como los nazis adoraban la tecnología, mientras que los pensadores tradicionalistas suelen rechazar la tecnología como negación de los valores espirituales tradicionales. Sin embargo, a pesar de que el nazismo estuviera orgulloso de sus logros industriales, su aplauso a la modernidad era sólo el aspecto superficial de una ideología basada en la «sangre» y la «tierra» (Blut und Boden). El rechazo del mundo moderno se camuflaba como condena de la forma de vida capitalista, pero concernía principalmente a la repulsa del espíritu del 1789 (o del 1776, obviamente). La Ilustración, la edad de la Razón, se ven como el principio de la depravación moderna. En este sentido, el Ur-Fascismo puede definirse como «irracionalismo».
3. El irracionalismo depende también del culto de la acción por la acción. La acción es bella de por sí, y, por lo tanto, debe actuarse antes de y sin reflexión alguna. Pensar es una forma de castración. Por eso la cultura es sospechosa en la medida en que se la identifica con actitudes críticas. Desde la declaración atribuida a Goebbels («cuando oigo la palabra cultura, echo la mano a la pistola») hasta el uso frecuente expresiones como «cerdos intelectuales», «estudiante cabrón, trabaja de peón», «muera la inteligencia», «universidad, guarida de comunistas», la sospecha hacia el mundo intelectual ha sido siempre un síntoma de Ur-Fascismo. El mayor empeño de los intelectuales fascistas oficiales consistía en acusar a la cultura moderna y a la intelligentsia liberal de haber abandonado los valores tradicionales.
4. Ninguna forma de sincretismo puede aceptar el pensamiento crítico. El espíritu crítico opera distinciones, y distinguir es señal de modernidad. En la cultura moderna, la comunidad científica entiende el desacuerdo como instrumento de progreso de los conocimientos. Para el Ur-Fascismo, el desacuerdo es traición.
5. El desacuerdo es, además, un signo de diversidad. El Ur-Fascismo crece y busca el consenso explotando y exacerbando el natural miedo de la diferencia. El primer llamamiento de un movimiento fascista, o prematuramente fascista, es contra los intrusos. El Ur-Fascismo es, pues, racista por definición.
6. El Ur-Fascismo surge de la frustración individual o social. Lo cual explica por qué una de las características típicas de los fascismos históricos ha sido el llamamiento a las clases medias frustradas, desazonadas, por alguna crisis económica o humillación política, asustadas por la presión de los grupos sociales subalternos. En nuestra época, en la que los antiguos «proletarios» se están convirtiendo en pequeña burguesía (y los lumpen se autoexcluyen de la escena política), el fascismo encontrará su público en esta nueva mayoría.
7. A los que carecen de una identidad social cualquiera, el Ur-Fascismo les dice que su único privilegio es el más vulgar de todos, haber nacido en el mismo país. Es éste el origen del «nacionalismo». Además, los únicos que pueden ofrecer una identidad a la nación son los enemigos. De esta forma, en la raíz de la psicología Ur-Fascista está la obsesión por el complot, posiblemente internacional. Los secuaces deben sentirse asediados. La manera más fácil para hacer que asome un complot es apelar a la xenofobia. Ahora bien, el complot debe surgir también del interior: los judíos suelen ser el objetivo mejor, puesto que presentan la ventaja de estar al mismo tiempo dentro y fuera. En América, el último ejemplo de la obsesión del complot está representado por el libro The New World Order de Pat Robertson.
8. Los secuaces deben sentirse humillados por la riqueza ostentada y por la fuerza de los enemigos. Cuando era niño, me enseñaban que los ingleses eran el «pueblo de las cinco comidas»: comían más a menudo que los italianos, pobres pero sobrios. Los judíos son ricos y se ayudan mutuamente gracias a una red secreta de recíproca asistencia. Los secuaces, con todo, deben estar convencidos de que pueden derrotar a los enemigos. De este modo, gracias a un continuo salto de registro retórico, los enemigos son simultáneamente demasiado fuertes y demasiado débiles. Los fascismos están condenados a perder sus guerras, porque son incapaces constitucionalmente de valorar con objetividad la fuerza del enemigo.
9. Para el Ur-Fascismo no hay lucha por la vida, sino más bien, «vida para la lucha». El pacifismo es entonces colusión con el enemigo; el pacifismo es malo porque la vida es una guerra permanente. Esto, sin embargo, lleva consigo un complejo de Harmaguedón: puesto que los enemigos deben y pueden ser derrotados, tendrá que haber una batalla final, de resultas de la cual el movimiento obtendrá el control del mundo. Una solución final de ese tipo implica una sucesiva era de paz, una Edad de Oro que contradice el principio de la guerra permanente. Ningún líder fascista ha conseguido resolver jamás esta contradicción.
10. El elitismo es un aspecto típico de toda ideología reaccionaria, en cuanto fundamentalmente aristocrático. En el curso de la historia, todos los elitismos aristocráticos y militaristas han implicado el desprecio por los débiles. El Ur-Fascismo no puede evitar predicar un «elitismo popular». Cada ciudadano pertenece al mejor pueblo del mundo, los miembros del partido son los ciudadanos mejores, cada ciudadano puede (o debería) convertirse en miembro del partido pero no puede haber patricios sin plebeyos. El líder, que sabe perfectamente que su poder no lo ha obtenido por mandato, sino que lo ha conquistado con la fuerza, sabe también que su fuerza se basa en la debilidad de las masas, tan débiles que necesitan y se merecen un «dominador». Puesto que el grupo está organizado jerárquicamente (según un modelo militar), todo líder subordinado desprecia a sus subalternos, y cada uno de ellos desprecia a sus inferiores. Todo ello refuerza el sentido de un elitismo de masa.
11. En esta perspectiva, cada uno está educado para convertirse en un héroe. En todas las mitologías, el «héroe» es un ser excepcional, pero en la ideología Ur-Fascista el heroísmo es la norma. Este culto al heroísmo está vinculado estrechamente con el culto a la muerte: no es una coincidencia que el lema de los falangistas fuera «¡Viva la muerte!». A la gente normal se le dice que la muerte es enojosa, pero que hay que encararla con dignidad; a los creyentes se les dice que es una forma dolorosa de alcanzar una felicidad sobrenatural. El héroe Ur-Fascista, en cambio, aspira a la muerte, anunciada como la mejor recompensa de una vida heroica. El héroe Ur-Fascista está impaciente por morir, y en su impaciencia, todo hay que decirlo, más a menudo consigue hacer que mueran los demás.
12. Puesto que tanto la guerra permanente como el heroísmo son juegos difíciles de jugar, el Ur-Fascista transfiere su voluntad de poder a cuestiones sexuales. Éste es el origen del machismo (que implica desdén hacia las mujeres y una condena intolerante de costumbres sexuales no conformistas, desde la castidad hasta la homosexualidad). Y puesto que también el sexo es un juego difícil de jugar, el héroe Ur-Fascista juega con las armas, que son su Ersatz fálico: sus juegos de guerra se deben a una invidia penis permanente.
13. El Ur-Fascismo se basa en un «populismo cualitativo». En una democracia los ciudadanos gozan de derechos individuales, pero el conjunto de los ciudadanos sólo está dotado de un impacto político desde el punto de vista cuantitativo (se siguen las decisiones de la mayoría). Para el Ur-Fascismo los individuos en cuanto individuos no tienen derechos, y el «pueblo» se concibe como una cualidad, una entidad monolítica que expresa la «voluntad común». Puesto que ninguna cantidad de seres humanos puede poseer una voluntad común, el líder pretende ser su intérprete. Habiendo perdido su poder de mandato, los ciudadanos no actúan, son llamados sólo pars pro toto a desempeñar el papel de pueblo. El pueblo, de esta manera, es sólo una ficción teatral. Para poner un buen ejemplo de populismo cualitativo, ya no necesitamos Piazza Venezia o el estadio de Nuremberg. En nuestro futuro se perfila un populismo cualitativo Televisión o Internet, en el que la respuesta emotiva de un grupo seleccionado de ciudadanos puede ser presentada o aceptada como la «voz del pueblo». En razón de su populismo cualitativo, el Ur-Fascismo debe oponerse a los «podridos» gobiernos parlamentarios. Una de las primeras frases pronunciadas por Mussolini en el parlamento italiano fue: «Hubiera podido transformar esta aula sorda y gris en un xivac para mis manipulas». De hecho, encontró inmediatamente un alojamiento mejor para sus manípulos, pero poco después liquidó el parlamento. Cada vez que un político arroja dudas sobre la legitimidad del parlamento porque no representa ya la «voz del pueblo», podemos percibir olor de Ur-Fascismo.
14. El Ur-Fascismo habla la «neolengua». La «neolengua» fue inventada por Orwell en 1984, como lengua oficial del Ingsoc, el socialismo inglés, pero elementos de Ur-Fascismo son comunes a formas diversas de dictadura. Todos los textos escolares nazis o fascistas se basaban en un léxico pobre y en una sintaxis elemental, con la finalidad de limitar los instrumentos para el razonamiento complejo y crítico. Pero debemos estar preparados para identificar otras formas de neolengua, incluso cuando adoptan la forma inocente de un popular reality-show.
Después de haber indicado los posibles arquetipos del Ur-Fascismo, concédanme que concluya. La mañana del 27 de julio de 1943 me dijeron que, según los partes leídos por radio, el fascismo había caído y Mussolini había sido arrestado. Mi madre me mandó a comprar el periódico. Fui al quiosco más cercano y vi que los periódicos estaban, pero los nombres eran diferentes. Además, después de una breve ojeada a los títulos, me di cuenta de que cada periódico decía cosas diferentes y compré uno al azar, y leí un mensaje impreso en la primera página firmado por cinco o seis partidos políticos, como Democracia Cristiana, Partido Comunista, Partido Socialista, Partido de Acción, Partido Liberal. Hasta aquel momento yo creía que había un solo partido por cada país, y que en Italia sólo existía el Partido Nacional Fascista. Estaba descubriendo que en mi país podía haber diferentes partidos al mismo tiempo. No sólo esto: puesto que era un chico listo, me di cuenta enseguida de que era imposible que tantos partidos hubieran surgido de un día para otro. Comprendí, así, que ya existían como organizaciones clandestinas. El mensaje celebraba el final de la dictadura y el regreso de la libertad: libertad de palabra, de prensa, de asociación política. Estas palabras, «libertad», «dictadura» —Dios mío— era la primera vez en mi vida que las leía. En virtud de estas nuevas palabras yo había renacido hombre libre occidental. Debemos prestar atención a que el sentido de estas palabras no se vuelva a olvidar. El Ur-Fascismo está aún a nuestro alrededor, a veces con trajes de civil. Sería muy cómodo, para nosotros, que alguien se asomara a la escena del mundo y dijera: «¡Quiero volver a abrir Auschwitz, quiero que las camisas negras vuelvan a desfilar solemnemente por las plazas italianas!». Por desgracia, la vida no es tan fácil. El Ur-Fascismo puede volver todavía con las apariencias más inocentes. Nuestro deber es desenmascararlo y apuntar con el índice sobre cada una de sus formas nuevas, cada día, en cada parte del mundo. Vuelvo a darle la palabra a Roosevelt: «Me atrevo a afirmar que si la democracia americana deja de progresar como una fuerza viva, intentando mejorar día y noche con medios pacíficos las condiciones de nuestros ciudadanos, la fuerza del fascismo crecerá en nuestro país» (4 de noviembre de 1938).
Libertad y liberación son una tarea que no acaba nunca. Que éste sea nuestro lema: «No olvidemos». Y permítanme que acabe con una poesía de Franco Forfini:
En el pretil del puente
las cabezas de los ahorcados.
En el agua de la fuente
las babas de los ahorcados.
En el enlosado del mercado
las uñas de los fusilados.
En la hierba seca del prado
los dientes de los fusilados.
Morder el aire morder las piedras
nuestra carne no es ya de hombres.
Morder el aire morder las piedras
nuestro corazón no es ya de hombres.
Pero nosotros lo leímos en los ojos de los muertos
y en la tierra haremos libertad
pero apretaron los puños de los muertos
la justicia que se hará.
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Fuente: ctxt.es/es/20190116/Politica/23898/Umberto-Eco-documento-CTXT-fascismo
artículo aprobado por @helisan
Tener una moral superior es un gusto, porque sabes que te encuentras en el lado del bien, de lo correcto, de la mejor experiencia de usuario, etc. Y el gustito por la moral que hemos elegido es importante en sitios como este, donde no paramos de decirle a los demás como deben ser las cosas. En los foros el este reconocimiento y amor por nuestras ideas nos permite plena libertad para emplearnos a fondo en los debates. Si carecemos de ese amor por las ideas otro que si ame las suyas nos dará la paliza, aunque este equivocado. Pero teniendo amor nuestras palizas serán más contundentes.
Parece que eso de amar para dar palizas suena peligroso, pero es que la vida es peligrosa, por lo que no solemos enamorarnos de alguien sin conocerlo un poco y saber sobre su carácter, su salud, sus gustos, etc. Es necesario escudriñar, cuestionar y valorar antes de elegir, pero no puede uno acomodarse eternamente en el escepticismo, el relativismo y la equidistancia. Al final nos decidimos por el automóvil con mejores prestaciones, el repollo más fresco o las mejores ideas morales, porque hay que comer verdura para vivir e ir hacia algún sitio en la vida.
Tampoco pensemos que por saber que no tenemos las mejores ideas vamos a dejar de dar la lata diciéndole a la gente como deben ser las cosas. Es posible que demos la lata de peores maneras y salgamos peor parados, pero la vamos a dar de todas formas. La lata la vamos a dar aunque no nos convenzan del todo nuestras ideas, vamos a darla con una moral inferior, una moral desastrosa o con lo que sea que nos hayan enseñado los papás o los curas. Vamos a dar la lata de cualquier manera, constantemente, porque dar la lata forma parte de nuestra naturaleza de monos sociales.
Entonces, qué ocurre con todos estos foristas picajosos que igualmente van dando la lata, la mayoría de veces ignorando que la dan desde una moral de dudosa calidad, pero que se ofuscan con los sermones de algunos participantes especialmente activos y hablan de "egos", "púlpitos" o "pedestales", haciéndonos notar una y otra vez lo obvio de la superioridad moral de esos foristas locuaces. Pues pasa que suelen ser personas de derechas #1. La moral de la derecha se ganó muy mala fama en los últimos tres siglos, tanto que las propias personas de derechas se sirven de esa fama para atacar al resto de ideologías. "Sectario", "adoctrinamiento", "curas" o "monjas" son palabras que frecuentemente usan para meterse con progres, izquierdosos y feministas las mismas personas que llevan a los críos a colegios de monjas para que los adoctrinen.
Estas personas renunciaron a expresar su superioridad moral aunque no a imponerla, porque no han dejado de enviar a sus hijos a que los formen especialistas que tienen una moral superior: la moral verdadera o natural que emana de los dioses y que nos enseñan sus religiones. Pero a cerebros adultos, que habitan fuera de colegios y burbujas ideológicas, es muy difícil convencerlos con sus ideas mágicas y mitológicas. Si lo intentan desde la razón caen sobre ellos ateos cáusticos, si lo hacen desde un enfoque devoto les salen los creyentes buenistas del Jesus jipi o magufos aun peores. Con toda esa gente molesta a su alrededor las personas de derechas, que no quieren oír hablar de deidades perrofláuticas y tratan de pasar por gente "seria y racional", se quedaron sin discurso moral. Tienen moral, pero no tienen discurso moral.
Igualmente dan la lata.
Al no poder servirse de su moral se han emboscado en una falsa posición de equidistancia y relativismo tratando de desactivar el discurso moral de los demás con la terminología de su propia moralidad, esperando que la gente asocie su moral, que tan mala fama tiene y tantos disgustos da, con la moral que atacan. Es una estrategia de "tierra quemada" que les compensa porque se saben parte de instituciones poderosas que aun pueden contagiar con sus ideas a millones de cerebros que están por formar.
Los villanos quizá moralicen con malas ideas llevados por turbios intereses, los idiotas lo hacen siguiendo una moral random o la que les enseñaron de pequeños los papás o los curas, sin cuestionarla, valorarla, desechar sus defectos, elegir sus virtudes o hacerse con otro tipo de ideas mejores. Algunos tienen moral, a otros la moral los tiene. Y todos moralizamos. Pero para moralizar con honestidad y provecho hay que reconocer que en muchos temas tenemos las mejores ideas, a las que llegamos por nosotros mismos.
Aviso: el artículo no trata sobre sucesos relacionados con la monarquía.
Llevamos treinta años detenidos. Pongamos los cambios que acontecen entre 1890 y 1920. Pueden abrir la Wikipedia, es apabullante: en política, en costumbres, en modas, en arte, en ciencia y tecnología. Durante esos años, como un siglo antes y durante todo el siglo XX tuvimos a gente experimentando filosofías de vida diferentes, estéticas distintas, innovando con tecnologías revolucionarias y matándose a mansalva por IDEAS. No todo el mundo mataba para controlar el tráfico de drogas de un barrio en Sinaloa o el tráfico de petroleo por Siria. ¿Qué gente mata por ideales hoy en día? los del Isis y algún defensor de la "civilización cristiana". En el siglo XXI la gente mata por ideas de hace miles de años. Lo más políticamente "revolucionario" que ha dado este siglo ha sido el islamismo salafista. No sólo nos detuvimos, en muchos aspectos hemos vuelto a épocas muy anteriores a la modernidad. Hemos vuelto a matarnos mal.
No es difícil distinguir una película de finales del XIX de otra de los años veinte del siglo XX. Estos cambios se pueden percibir claramente durante todo el cine del siglo XX, y en todo el arte del siglo. El siglo XX, como el XIX o el XVIII, cambian a ojos vista. Pero desde mediados de los noventa es complicado saber "a ojo" de cuando es una película o una serie, tanto es así que durante muchos años sólo tuvimos los teléfonos móviles para datación rápida. Si los personajes sacaban la antenita de su teléfono, y éste tenía la pantalla verde o una tapita, casi podías atinar el año de su producción. Ahora vuelve a ser complicado datar las películas porque los "teléfonos" son tabletas pero las personas y sus entornos siguen como en los años noventa. Para mi el siglo XXI comienza a mediados de los noventa, y ahí se quedó. Por ejemplo, una serie como Friends puede ser de hoy mismo en cuanto a costumbres, moda, ideas, situaciones, etc. Hay que ser muy woke para pillar "diferencias culturales" (ideas, conductas, tropos y tics del momento, etc) que también te vas a encontrar en series nuevas, porque las series recientes tampoco tienen mucho de nuevo. Uno ve una película de los años ochenta y dice: bueno, ha envejecido bien, o mal. Ahora a los cinco minutos de visionado de un estreno ya esta uno comiéndose el brazo de la butaca sabiendo que lo que esta viendo ha envejecido fatal. Antes las cosas envejecían, a partir de los noventa casi todo salió viejo. Pero no es porque fuera viejo, es porque nos detuvimos. Lo único que no se ha detenido, y que acelera cada vez más y más rápido hacia no se sabe dónde es la tecnología, eso y la degradación de nuestro medio. Así que solo vamos a cambiar por las tecnologías, las que nos pillen desprevenidos (y nos van a pillar a lo bestia), y las que respondan a las hecatombes del medio.
Una fuente y sus tecnologías determinó los medios de producción y los medios de comunicación que a su vez determinaron el estilo de vida y el congelamiento cultural. Con la caída de la URSS las democracias liberales decidieron dejar de generar movimientos contraculturales #2. Ese "estado de fin de la historia" que surgió de la "Era Reagan" podría haber seguido dando vueltas por el planeta con avioncillos y coches térmicos durante otros cuatro mil años si hubiera contado con dinosaurios baratos reemplazando constantemente a los que quemamos, y también con un planeta benevolente que dejara todas las partículas en su sitio cuando vamos de un lugar a otro y que expulsara por un tubito al espacio nuestros gases. Esta tendencia a estar quietos paraos cuando nos quedamos agarrados sorbiendo de una fuente de energía estable cual garrapatas planetarias podría tener un nombre relacionado con el antiguo Egipto, porque con toda la variedad y complejidad de su historia (fusione este dios griego con este otro, póngame la cabeza de este pájaro en este otro dios romano) Egipto mantuvo su ethos característico durante miles de años, y fue culpa de el Nilo ¿Cuanto tiempo le queda a nuestro Nilo? Creo que poco, y me parece bien, aburren estos eternos noventa.
Soy progresista como el que más, y creo que el mecanismo constitucional para cambiar las cosas es el más ventajoso para mis ideas. No estoy en contra de exigir un referéndum porque es una forma de agitar el debate por medio de una idea poderosa (¡la democracia!), pero me parece bien que no se pueda realizar, porque la monarquía ayuda al progresismo. De modo que SI al referéndum, pero ni se os ocurra hacerlo! porque puede ser fatal, ya que en una de esas lo gana la monarquía a poco que nacionalistas de aquí y de allá vuelvan a agitarse y logren quitarle el protagonismo mediático al virus. Si se resuelve lo del virus quizá no tengamos otra excusa que evite llenar las "noticias" con los "provechosos" y "originales" y "entretenidos" y "emocionantes" dimes y diretes de los nacionalistas. Los últimos años, antes del virus, los nacionalismos eran el monotema de los grandes medios que alcanzan a las clases populares, el resultado: tres millones y pico de votos para el feudalismo y la monarquía. Mientras los nacionalismos estén haciendo lio evitar un referéndum sobre este tema es lo mejor para el progresismo.
Hace siglos que nadie defiende al rey desde principios morales y políticos bien fundamentados, tan sólo se hace mediante buenismos ingenuos, retratos sentimentales y pragmatismos insustanciales que podrían aplicarse a cualquier hijo de vecino: "es campechano", "hacen poco gasto", "esta preparao", "buen diplomático", etc. Además los monárquicos están shockeados desde que el rey se cargó al elefante #1 y ya con el affaire de Corinna y los gritones de euros de los saudíes es una pena verlos defender a la monarquía, no por lo que defienden (que también) si no porque en sus discursos han perdido la ética, la sustancia y el espíritu que les quedaba con el juancarlismo. Pero no van a permitir un referéndum. Aunque tampoco van a hacer un relato que pueda apuntalar al rey. Por supuesto se intentarán refritos populistas que, cuando eres incapaz de controlar crisis que no son ficticias y tienes en Youtube menos seguidores que El Rubius, no se van a escuchar tanto ni de la misma manera que hace cuarenta años.
Los que sostienen a la monarquía, y podrían torcer un referéndum, no son los nostálgicos que aun intentan pobres argumentos y son vapuleados en sitios como este todos los días si no los consumidores ágrafos de las telecircos y revistas de la farándula que mantienen contenido dedicado a personajes de la aristocracia y la realeza. Las marujas de mediana edad que "no se meten en política", sostienen al rey a base de gritos y aplausos, pero las nuevas generaciones están siguiendo a otro tipo de reyes y reinas. No es que la gente sea menos conservadora, no en un mundo en el que emerge el feudalismo, el terraplanismo, el creacionismo y los antivacunas, es que van dejando de seguir los relatos telecircenses de reyes y princesas. Tampoco es que nos hayamos vuelto demócratas, lo que pasa es que es imposible hoy en día hacer que millones de cerebros de una nación se enfoquen en la vida y milagros de los personajes de la antigua casta. Y de ese modo es impracticable el cultivar en esos millones de cerebros el relato que nos decía que los reyes mantienen el régimen o la integridad de España.
Mientras teníamos dos canales de televisión, cuatro de radio y un número parecido de revistas de papel couche en las peluquerías, las figuras de aristócratas y reyes funcionaban bien con algunas decenas de folclóricas y artistas "de moda" que les encajaba la industria del pop, sin embargo en el mundo de internet y las redes sociales la atención de la gente se dispersa entre miles de otros recién llegados igual de frívolos si, pero más espabilados y ocurrentes, y también entre otros muchos con un bagaje intelectual mayor ¿O acaso podéis comparar lo que nos cuenta Jaime Altozano con lo que, de uvas a peras, nos dice Felipe VI? (en cuanto a la calidad del medio y el contenido, aunque traten temas distintos) Quizá podríais compararlos si alguna vez hubierais escuchado un discurso de Felipe VI, entero... La monarquía esta pasando a formar parte del interés de los frikis, y en un par de décadas será cosa de cuatro frikis. Su abolición sera una baza electoral para los partidos que la propongan, lo que será bueno para los progresistas, porque en España ningún partido de derechas va a aprovechar esa oportunidad.
Leticia Sabater, una figura singular que se arrastra en los rincones más oscuros de mi conciencia, despierta en mí una mezcla de repulsión y fascinación. Sus contornos distorsionados y sus movimientos grotescos evocan una forma de vida primigenia, proveniente de un abismo insondable más allá de la comprensión humana.
Sus facciones parecen esculpidas por fuerzas cósmicas y retorcidas hasta alcanzar una forma alienígena. Sus ojos, dos abismos sin fondo, destilan un resplandor anormal y perverso. Su boca, una hendidura desgarrada que revela dientes afilados y negros como el ébano, emana un aliento putrefacto que penetra en el alma misma de aquellos que se aventuran a escuchar sus palabras.
La piel de Leticia Sabater está cubierta de un manto lívido y enfermizo que se retuerce en una extraña danza de sombras y estigmas. Cada uno de sus gestos está imbuido de una malevolencia ancestral, una maldad primordial que ha arrastrado consigo desde los abismos más profundos de la existencia.
Su presencia es un llamado a lo innombrable, un eco de terrores ancestrales que resuenan en lo más profundo de mi ser. Su voz, una cacofonía discordante de lamentos y susurros blasfemos, despierta un temor arcano que me sumerge en un abismo de locura.
En el mundo de Leticia Sabater, las reglas de la realidad se desvanecen y se retuercen en una espiral de pesadillas. La razón y la lógica se desvanecen frente a su presencia, dejándome desamparado ante la inmensidad de lo desconocido.
Quizás nunca sabremos el verdadero origen de esta criatura, si es una entidad extraterrestre, un producto de la magia oscura o simplemente un reflejo distorsionado de la decadencia humana. Pero una cosa es cierta: Leticia Sabater es un ser inquietante que desafía la comprensión y arroja una sombra oscura sobre la cordura de aquellos que se atreven a adentrarse en su mundo retorcido.
H.P. ChatgCraft.
Llega un momento en el que uno madura, y descubre que votar sólo sirve para perpetuar un burdo sistema representativo en el que los políticos apenas comparten nuestras ideas, a la vez que defienden otras muchas odiosas y en el que, una vez obtenido el poder que les otorgamos, se dedican a enriquecerse perjudicándonos y traicionando el poco ideario que compartíamos con ellos porque se doblegan ante los intereses de los que son aun más poderosos, pero que no ha votado nadie. Lo bueno es que veintisiete millones de españoles están capacitados para darse cuenta de que eso puede cambiar si no colaboran con el sistema. Sólo quedarían los diez millones de abueletes restantes que siempre votan a piñón fijo y que podrían mantenerlo por toda la eternidad...
Pero también ellos descubrirán que tenemos razón, tirarán su voto a la basura y volverán a reflexionar a sus casas donde comenzarán un huerto ecológico y leerán a Kropotkin, a Goldman y a Stravinski. Y cuando dejemos de colaborar con el régimen los chicos de las corporaciones cederán su poder graciosamente y nos libraremos de esa raza de alienígenas llamada "políticos" organizándonos de forma espontánea en un nuevo orden en armonía con nuestros instintos, regido por las puras dinámicas biológicas y sociales de la especie, y por un hada. Todas en sororidad fraterna, siguiendo nuestra naturaleza, llegaremos a consensos como hacemos en cualquier comunidad de vecinos sin necesidad de urnas, ni secretismos, ni representantes abusones.
Polla, gallina joven, medianamente crecida, que no pone huevos o acaba de comenzar a ponerlos (Wikipedia). Todo el mundo entiende que la polla es una gallina, porque eso es lo que es para la gente que habla bien. Sin embargo los españoles nos empecinamos en llamar polla a nuestra pilila. Y mientras nos referirnos al pene con el nombre de una vulgar galliforme su equivalente en las mujeres se llama clítoris, y hasta nosotros lo llamamos clítoris, que bien podría ser el nombre de una diosa griega y que empieza (o acaba) justo debajo del monte de Venus. O sea... a ver... ¿qué esta pasando aquí?
Como no entendía nada, busqué algún sinónimo a ver si podemos arreglar esta nomenclatura ridícula. El primero que sale es "pene", tal cual, que es aceptable pero para escribir sobre el pene, porque sonar hay que reconocer que suena escueto e insulso. Luego tenemos el término "falo", demasiado ordinario, parece que estuviéramos hablando de un palo. Y no se por qué lo atribuyo a grandes miembros priapísticos. Hablar sobre nuestro "falo" ante el amante y que luego vea la realidad puede llevar a alguna decepción. Algo menos común es "verga". En mi entorno al menos es inusual, sólo lo he escuchado últimamente en Juego de tronos. Y no imagino ninguna situación en la que tenga que usar la palabra "verga" sin ordenar antes, con carcajada estruendosa, que los criados me sirvan la hidromiel en las calaveras de mis enemigos.
Ninguno de los términos del miembro viril esta a la altura del clítoris. Decir clítoris mola. Estaría todo el día diciendo clítoris. Pero si me pongo a gritar "polla" por ahí lo mismo acaban llamándome la atención y con razón si no hay volatería cerca. Y es una situación muy injusta, porque estamos hablando del apéndice sobre el que gira toda nuestra existencia. Llamar "polla" a un objeto de tal importancia es como si un creyente llamara ornithosuchus a Dios. Y eso que Dios no existe, pero nuestra polla si. Hay que encontrar un nombre a la altura de las divinidades del Olimpo. Basta ya de hablar de gallinas (¡y de huevos #1!). Y tiene que ser un nombre griego o de dioses griegos, porque son los dioses que suenan bien. No queremos nombres celtas o vikingos de los que ponen los nazis y toda esa gente racista y excluyente. Sólo nombres grecolatinos, gracias.
La posición relativa del Sol, a la misma hora, cambia día a día a lo largo del año. Cuando está mas alta. hay más horas de sol, le llamamos Solsticio de Verano y cuando mas baja y menos horas, de invierno.
Solsticio (sol sistere) significa sol quieto. Durante días consecutivos y cercanos a los solsticios la posición relativa del Sol a la misma hora cambia muy poco (tiene una explicación trigonométrica simple que se escapa de la intención de este texto)... con la instrumentación de nuestros antepasados era difícil de observar. Por tanto, en la antigüedad se pensaba que los solsticios duraban varios días, que el sol se detenía, ahora sabemos que es un evento puntual que dependiendo del lugar de la Tierra donde nos encontremos, con diferentes husos horarios, puede suceder entre los días 20 a 23 de diciembre, 20 a 23 de junio... invierno-verano, dependiendo del hemisferio donde nos encontremos.
Es difícil a día de hoy, donde con un interruptor controlamos elementos imprescindibles como la luz y la "lluvia" (riego), comprender la importancia del Sol para nuestros antepasados. Adaptarse a sus ciclos era cuestión de pura supervivencia. No es extraño que en las antiguas civilizaciones se haya festejado este aniversario.
Las Saturnales se celebraban justo antes del Solsticio. El Sol Invito justo después, cuando la luz del día aumentaba, "invicto" en alusión al renacimiento del Sol. En estas fiestas era tradición intercambiar regalos y se hacían ejercicios de empatía entre las distintas clases sociales.
Han sido varias las culturas que han aprovechado este mítico acontecimiento de "renacimiento" solar para fijar la natividad de sus dioses:
Egipto: Celebraban el nacimiento de Osiris. También de Horus que nació de Isis, reina del cielo y virgen madre del Salvador.
Grecia: Dionisio, dios del vino, además de Adonis dios de la belleza.
Persia-Roma: Mitra Nacería de una virgen llamada Anahíta... este dios penetró en las creencias romanas.
Roma: Jesucristo nacido de una virgen, María... esta conmemoración se tomaría varios siglos después de su supuesta existencia ya que en los textos bíblicos no se especifica fecha y se ofrecen datos que hacen sospechar que su nacimiento fue durante clima cálido.
Fuentes: es.wikipedia.org/wiki/Solsticio_de_invierno
unaderomanos.wordpress.com/2016/12/14/el-origen-pagano-de-la-navidad-s
lamenteesmaravillosa.com/la-conmovedora-historia-de-la-navidad/
Llevo un tiempo viendo que los comentarios están plagados de palabras equivocadas. Desde siempre la mayor parte del contenido del foro son comentarios mal redactados, consigas, tópicos, falacias, majaderías, etc. lo de costumbre, pero esta forma de estropear la redacción típica de los correctores de los tabléfonos es muy reciente, significa que estáis escribiendo desde estos artilugios sin revisar ni un poquito lo que publicáis. Y una vez más queda demostrado que forear de esta manera no solo estropea el vocabulario, empeora también la redacción tanto como la calidad de los argumentos. No se os pide la formación de un especialista en todos los temas del universo para poder comentar sobre todos los temas del universo (tristemente aún no hay un comisario cultural que lo impida), de modo que podéis adoptar una postura holística e improvisar, y ser cuñados. Pero leñe, estáis publicando comentarios sobre ingeniería planetaria, epidemiología o geopolítica desde el tabléfono como puellos acníticos de secundaria. Madurad. Tened un poco de respeto por el foro. Menéame se ideó para publicar desde el escritorio, sentados frente a una pantalla, delante de un teclado y junto a una taza de té con una nube de leche. Este agrado lugar se ha mantenido puro en su estructura a tal fin, y lo estáis profanando los foristas y eventualmente algún administrador confundido sobre estrategias publicitarias. Os animo a relajaros, y publicar sentados en vuestros escritorios, con vuestra vieja computadora y vuestra infusión de yerbas preferida. Y si veis a alguien de pie, foreando en Meneame con el tabléfono, ajustaros el monóculo y golpeadle con el palo del selfi hasta que expulse toda la bebida energética que se ha tomado.
Todo es facha, y los ateos no iban a ser menos. Aquí los conocéis como “soy ateo, pero…”, o en su nueva versión extendida: “como os pasáis con los católicos, si el cristianismo ya no da problemas. Firmado un ateo” ¿“Firmado un ateo”? ¿En serio? ¡Como si el ateísmo fuera garantía de algo! Son nuestros ateos posmodernos jordanpetersonianos que firman chorradas y hablan en sus redes luciendo gorritas y vinilos ajustados en la cabeza, los ateos de la “nueva derecha”, defensores de la libertad de las comunidades fantasmagóricas, no tanto de la de los individuos.
Son ateos que cambiaron su creencia religiosa por la creencia en la creencia religiosa y a Dios por la idea de una sociedad bucólico pastoril de fantasía necesitada de jerarquías eclesiásticas en la que ellos mismos no vivirían, pero que manejan como un objeto suntuario sobre el que se arremolinan con la misma fe con la que la izquierda ensalza su quimera de “el obrero” (#1) o de las antiguas comunidades anarquistas. Pero nadie quiere quedar atrapado dentro de esos objetos, que cuando llegan a existir son cubil de obtusos y fanáticos, y menos que nadie toda esa panda de libertinos y cosmopolitas que defienden la religión desde sus sillones gamers. Quieren cultivar tales objetos como yo cultivo mis geranios, deseo que crezcan, pero no vivir en su maceta.
El problema es que no hablamos de geranios. Pero están con la mentalidad de cuando teníamos campesinos ignorantes y creyentes sinceros que conformaban la base de una pirámide en cuya cúspide los antepasados intelectuales de nuestros ateos fachas, la pequeña aristocracia oscurantista vivía, acumulaba cultura y esnifaba rapé gracias a sustraer la riqueza de una base mayoritaria que se dedicaba a sobrevivir, arar el campo, azuzar ovejas y a ser pastoreada dócilmente por la jerarquía eclesiástica. Igual que la antigua élite la nuestra se sabe en la cúspide de la pirámide, pero no ven que la base esta subiendo a la cúspide con ellos, porque la base también quiere vivir y liberarse de los dogmas de la religión, igual que dicen querer ser libres de los dogmas de los progres, porque son ingenieros y tienen másteres, y acceso a Internet y publican cosas en forocoches.
Y ahora todos estos ateos se apelotonan en la cúspide de la pirámide con el mismo pensamiento elitista que los llevó hasta allí, imaginando que hay una base ahí abajo de creyentes sencillos bucólico pastoriles, que deben ser guiados por la religión. Bueno, pues no hay más base, lo que queda abajo son viejos dementes, curas mustios y unas monjas de Namibia, gente incapaz de hacer cosas interesantes y mantener la cultura de un pueblo. La “nueva derecha” lucha desde una pirámide invertida con un ejército de generales que se la pasan moviendo regimientos fantasmas. Amigos ateos fachas, no podéis subiros todos arriba de la pirámide, alguien tiene que ser la sociedad que soñáis.
La habrán escuchado ustedes porque esta dentro de un discurso muy popular en este foro. Los puteros campechanos dicen que la prostitución es un trabajo como cualquier otro, un trabajo que puede ser más provechoso que el resto de trabajos a los que podemos optar cuando estamos poco cualificados. Nos dicen que igual salimos mejor prostituyéndonos que dedicándonos a repartir pizzas o limpiar casas. Ahora que en general nos prostituimos mal, y prostituirse se ve mal, no me parece un argumento realista, ni consistente con su propia moral. Es un argumento moral que siempre obtiene el aplauso de los cuatro señoros que estamos en el hilo, y ya (porque es un discurso que también decimos los campechanos de todo pelaje). Pero es que si nos prostituyéramos bien, precisamente por hacerlo bien y verlo normal, igual entonces no sería un negocio tan lucrativo (no lo es hoy para muchisimas prostitutas), ya que se convertiría en un trabajo popular a precios aun más populares.
Aun así estoy de acuerdo en la filosofía subyacente, primero por la campechanía y segundo porque me parece una idea liberal y libertina que se sustenta sobre la moral de la autonomía y la tolerancia. Pero claro, si apechugamos con todo el cambio social del que el putero sólo nos cuenta la parte que le interesa. Tal y como esta expuesto ahora, el discurso moral del putero queda en una boutade que solo encuentra la aprobación de los señoros de mediana edad de las redes que comentan bajo pseudónimos llenos de números. La realidad social es tozuda y la mayoría de gente no esta dispuesta a probar en el negocio de la prostitución tan a menudo como indicaría la moral de los puteros campechanos porque si lo intentamos igual nos monta un quilombo de alivio el papa, la mama, el amigo o el propio putero campechano. Hace falta venir de problemas vitales importantes o haberse metido en ellos (pobreza, problemas mentales, drogas, esclavitud, abusos, etc) para que la mayoría, de lo que es una minoría, se meta o acabe en la prostitución.
Y la cosa no avanza según esta moral porque esa campechanía se mantiene entre compadres de afición o de forma anónima en redes, y no se lleva a la familia y al resto de la sociedad. Donde debería comenzar el cambio el putero se detiene y se esconde. Y es que la campechanía se suele perder cuando hay familiares implicados o cuando madres, esposas, hijas, pueden volverse igual de campechanas al respecto y aspirar abiertamente a ese consumo, o a ese trabajo ¿Podemos imaginar algo así de un consumidor de Apple, de Tesla, de Dios o de cualquier otro servicio o producto que nos parezca bien y del que nos sentimos satisfechos? El consumidor feliz no sólo habla con todo el mundo sobre su relación con el producto que le da placer, y se lo enseña a los demás y se enorgullece de esa relación y le gustaría que el resto del mundo disfrutara del producto, también se involucra en su historia, lo introduce en su vida y es incluso proactivo con él, aunque sea mera ilusión decirle a Dios o a Apple que ponga o quite tal cosa en este u otro humano o artilugio.
Ciertos trabajadores del sector han cambiado y pueden cambiar más, tenemos prostitutas empoderadas, pero ellas no pueden llevar el cambio a la sociedad, porque la que esta dispuesta a decir en la cena de navidad delante de la familia que es puta igual que su cuñado ha dicho sin problemas que es fontanero, forma parte de una minoría que, aunque monten colectivos y hagan activismo, es la minoría de una minoría. Sin embargo la prostitución tiene una gigantesca masa de consumidores, en todos sitios, que supera con muchisimo a la de sus trabajadores. Pero es una masa temerosa y silenciosa que, si se comportase abiertamente ante la sociedad como cualquier otro consumidor satisfecho, si que podría hacer cambiar la percepción que existe sobre el hecho de prostituirse, en cambio con su silencio o con sus relatos vergonzantes y clandestinos no ayudan a sacarlo de la marginalidad, cuando no es que son directamente señoros de doble moral y agentes activos de la estigmatización de la profesión.
Los camareros de Murcia son muy insolentes. Y cortos de entendederas. Hay que detallar los pedidos como si estuvieras hablándole a un camarero de seis años, y luego hacer aspavientos y gritar para que te traigan la cuenta #9. Si falta un azucarillo y el mozo ya ha levantado el vuelo, no te queda otra que ir a buscarlo. En mi familia siempre han tenido fijación con quitarles el trabajo. Mis primos después de tomar el refrigerio en la mesa de la terraza del café agrupan en escrupuloso orden cubertería, platos y tacitas y lo llevan todo a la barra, luego les dejan una propina (ellos a los camareros), yo nunca hago esto último, porque las propinas me parecen moralmente cuestionables y ademas cuando salgo para esparcirme con gente creo que manejar dinero es una ordinariez.
En cambio para las pequeñas compras del día si suelo llevar algunas monedas. Voy casi siempre a una tienda de chinos a por cheetos, cocacolas, enanitos de resina, etc. Un día estando en la tienda cogí un cubo de mimbre, y metí dentro unas chanclas y un triceratops de goma. Voy a la caja, extraigo las chanclas y las dejo sobre el mostrador. La cajera estaba viendo una película en el ordenador portátil y no despegaba la vista de la pantalla. Entonces saco el triceratops y lo estrujo, un poco, lo suficiente para que haga "MEEEC... eeeeeeeeec". La cajera da un brinco, inspecciona fugazmente los artículos, recoge el dinero. Y vuelve a la película. Meto el triceratops y las chanclas en el cubo, pero de malas maneras. Me sentía como el árbol que se derrumba en medio del bosque solitario. Una vez en el coche me doy cuenta de que no había pagado el cubo. Vuelta a la tienda. Le digo a la cajera que "falta el cubo". Como es murciana entiende otra cosa. Mira el cubo, abre la caja, rebusca y me da el importe. Vuelve a su película. Por no meterme en más líos me fui con mi cubo indignado por como había sido tratado por esta cajera de equívocos rasgos orientales.
Al contrario que en los chinos la situación en las cafeterías si que llegó a cambiar, porque en muchos sitios suplantaron a los nativos por jóvenes y voluptuosas camareras del este de Europa, que tampoco entendían los pedidos, pero atendían a la gente con presteza y buenos modos. En ese momento pensaba que la atención al cliente estaba mejorando, igual que sentía que la cajera me había hecho un desprecio. Ahora no pienso así. No es que quiera volver a los tiempos en los que un émulo de Curro Jiménez te limpiaba de mala gana la jarra de grog con un escupitajo y un trapo mugriento, pero valoro mucho la antipatía, la indiferencia o la desgana de camareros, cajeros, gasolineros, etc. Siempre espero con ilusión que pasen de mi o pongan mala cara o incluso que me maltraten un poquito. Así renuevo mi fe en la humanidad.
De lo que me di cuenta, después de estar toda la vida llevando la cubertería de la mesa a la barra a causa de una incomprensible costumbre familiar, es que también estoy capacitado para traerla. No es necesario tener a una persona especializada en ahorrarnos la tarea de portar viandas ¡Si al final siempre acabamos levantándonos para ir a por el azucarillo! Seguramente muchos lectores de cierta edad recordarán que el camarero era el ayudante del rey y se encargaba de organizar a la servidumbre. En aquel entonces ser camarero significaba que tenías un cargo importante y bien pagado. Pero, como le pasó a las cortesanas, en cuanto la profesión atendió la demanda de las clases populares se convirtió en un trabajo devaluado e ingrato. El camarero hoy en día es un pobre explotado que nos lleva la tacita de té a la mesa por cuatro perras. Tacita que podríamos haber llevado nosotros solos sin esfuerzo. Es un trabajo totalmente devaluado ¿Pero qué sentido tiene valorizar este rancio teatrillo de servidumbre y clasismo? Pintarlo bonito es todavía peor. Y también es desperdiciar el tiempo de un cerebro que debería estar inventando vacunas contra el cáncer o un trigo más resistente a las plagas. Es un trabajo que extinguirán las máquinas pero que podríamos haber abolido sin su ayuda, sólo con un poco de sentido común.
Cuando una mujer musulmana se baña en pijama siempre hacemos el comentario de que debería adoptar nuestras costumbres y bañarse desnuda. El asunto inquietante es que, como no desarrollamos el tema, parece que damos a entender que el extranjero debe adoptar nuestras costumbres no porque sean las costumbres buenas si no porque son nuestras costumbres, de ahí se sigue que todos debemos cambiar las nuestras según donde nos encontremos. Entonces si obtenemos un trabajo en un país islámico, en el que tuviéramos que vivir, nos taparemos el rostro en público (si somos señoras) o insistiremos a la pareja para que se lo cubra. Y aunque en el fondo no comulguemos con esa u otras costumbres, y las adoptemos por pura conveniencia, esta postura se ve muy chusca a la hora de defender las nuestras y exigir a los foráneos que las adopten.
¿Compartiríamos con un noble mexica la pechuga asada de un prisionero de guerra maya si cayéramos en Tenochtitlan en el siglo XVI? Seguro que la mayoría echaríamos mano de la tizona y lo persuadiríamos con ella sobre la inconveniencia del canibalismo #1. Hoy en día la tizona no es un medio razonable para convencer sobre unas costumbres o defenderlas, el medio razonable de defenderlas es razonarlas, explicar por que son mejores unas y peores otras. Pero como nos limitamos a repetir la idea de que "son nuestras costumbres" (o "las costumbres que tenemos España") pues parece que las justificaciones o los fundamentos consisten en asociarlas al lugar en el que nos encontramos o en que las siga un grupo numeroso de nativos. Aquí por lo menos hay dos falacias y más cosas como ignorancia, ofuscación, cobardía...
Vivimos en manos de personas que han perdido completamente el contacto con la realidad. Sociópatas que, desde sus torres de marfil y sus carreras políticas crónicas, fagocitan con debates estériles el espacio, no solo político, sino también cultural y social de toda una nación. Asistes, entre la incredulidad y el asco, a conversaciones en un bar de un polígono industrial donde un obrero defiende a grito pelado el derecho a la gestación subrogada o a una discusión entre una mujer jubilada con una vecina sobre Cataluña, en un barrio de la periferia murciana.
Esta clase política que sufrimos, aupada por los medios y las redes sociales, ha conseguido crear una realidad paralela donde los bajos sueldos, el paro, el elevadísimo porcentaje de españoles que viven en riesgo de pobreza o la muerte del ascensor social, ya no tienen cabida. Vivimos en una arcadia con problemas nuevecitos y modernos, un feminismo cool y posmoderno que genera tantos lemas y términos nuevos como poco se ocupa de la raíz real de la desigualdad por sexos, un ecologismo de salón que ha convertido la urgencia en una película Disney sobre el Asperger, una educación donde el esfuerzo, la calidad y la igualdad de acceso o la dignificación del profesorado han pasado a un segundo plano de modo que se considera que son los padres los que deben "elegir" la educación de sus hijos, como el que va a una frutería (póngame 3 kilos de educación finlandesa).
Los problemas sociales, de clase, los que realmente siguen jodiendo nuestras vidas, han pasado de moda, las ideologías resultan anacrónicas, lo que es justo aburre. Todo debate social que no pueda salir en una sección de tendencias de una revista mass media no cala. La lucha contra la precariedad duró lo que unas europeas. La indignación, para seguir viva, necesita divertir y si algo se vuelve repetitivo, el espectáculo desaparece. Las injusticias se disuelven, como lo hizo Britney Spears, los pantalones de campana o la Guerra en Siria.
En esta realidad paralela, lo único que sabemos es que lo sabemos todo y por eso opinamos de todo. Las soluciones ya no importan mientras hayan miserables irresponsables que sigan creando debates con gancho, para tapar los dramas que de verdad asolan nuestras vidas. No tenemos ya políticos, sólo publicistas que dan al rebaño, lo que el rebaño les ha permitido dar. Ya no somos ciudadanos, para ellos somos un target. El lenguaje debe ser sencillo, la capacidad crítica es un anacronismo. Estamos sedientos de eslóganes, de campañas. Adoramos los problemas de usar y tirar.
Y además, ¿quién quiere una vida mejor pudiendo tener la razón?
menéame