El significado puro del concepto de dictadura es el de la detentación de las riendas del aparato del Estado por parte de un subconjunto de la sociedad. Se opone al de democracia que se supone que significa que si bien el aparato del Estado no está en manos de la sociedad, al menos formalmente la sociedad elige y accede al aparato del Estado al no estar este reservado a ningún subconjunto concreto de la misma. Aunque en gran medida toda democracia formal no es más que una dictadura no explicitada en la práctica, lo cierto es que es inaceptable que pueda existir democracia en una estadio del desarrollo de la sociedad alejado enormemente del ideal de la perfección. Porque dado que el Estado determina a la Sociedad y la Sociedad determina al Estado, solo hay estancamiento e inmovilidad. Nada cambia, nada evoluciona, Estado y Sociedad se encadenan mutuamente. Por el contrario, el establecimiento de la dictadura, cualquier dictadura, permite el cambio a mejor o a peor, permite romper el freno a las transformaciones inherente a la democracia. Cierto que la dictadura puede traer un retroceso, un cambio a peor incluso en proporciones enormes, pero solo ella nos puede liberar de la desesperanza, el hastío y la tiranía del derecho de la democracia. Necesitamos soñar con la dictadura, creer que es posible, que nos puede traer lo inimaginable porque de lo contrario sucumbiríamos a la tristeza absoluta que inocula en nuestros corazones la democracia.
El nivel de democracia debe ir parejo al nivel civilizatorio de una sociedad. Ahora hay un desequilibrio, hay demasiada democracia. La democracia pura y real solo ha de existir en el ideal inalcanzable, en el comunismo puro en que la Sociedad ha superado definitivamente su sometimiento al Estado. Al fin y al cabo, Democracia y Estado son antónimos absolutos, Democracia solo es sinónimo de Acracia, de Comunismo. Por eso urge la dictadura. La dictadura de unos pocos hombres sabios, preclaros y de buen corazón que guíen a esta sociedad tuerta a la utopía absoluta del comunismo, el reencuentro de la humanidad con su naturaleza más íntima que hace que no pueda escapar a los conceptos de justicia y bien. ¿Caerá esta dictadura del cielo? No lo creo. No sé qué podemos hacer para tenga lugar pero es nuestra única esperanza.