Los apóstoles Simón y Santiago eran hijos de Judas el Galileo, pretendiente asmoneo al trono de Jerusalén, así como Jesús, su primogénito. Ambos estàn asociados al grupo de los "boanerge" que operó como todas las demás bandas esenio-zelotes de Palestina, asegurándose de implicar al resto de la población. Se aprovecharon del descontento popular generado por la injusticia social para practicar el proselitismo de masas y organizar revueltas continuas. Propagaban las propias ideas con el terror, haciendo del reclamo mesiánico, la miseria y una moral colectivista-comunista sus caballos de batalla para incitar a los desposeídos contra las clases privilegiadas y las instituciones estatales.

Filón escribió: "Si estas bandas de galileos no recibían cuanto pedían quemaban las casas de los que se negaban y luego los mataban junto a sus familias".

Y Flavio Josefo: "Divididos en escuadras, saqueaban las casas de los nobles que luego mataban y prendían fuego a las aldeas hasta que toda Judea estuvo llena de sus actos brutales".