Desde el undécimo mes del decimoquinto año de nuevo ciclo en este año sin invierno, cuyo sol radiante ilumina el cielo, los cuatro pretendientes al cargo de Mano del Rey reunieron sus ejércitos en torno a lo que será la batalla por el poder en la Poniente Hispánica.
Lord Mariano Rajoy, del antiguo linaje de la casa Popular, en sus venas corre la sangre del mismísimo caudillo de los 17 reinos y 2 ciudades libres. Fue concebido, cuidado y educado por el antiquísimo Fraga quien fuera Guardián del Norte y protector del reino.
Lord Pedro Sánchez, de la casa obrera. El adoptado, no parece el luchador de bases, su cabello y piel nunca han sufrido los estragos del sol ni del esfuerzo, parece escogido más por su físico que por su intelecto. Lleva las riendas de una casa caída en desgracias que aún así es poderosa. Él sigue siendo el Guardián del Sur.
Pablo Iglesias, no tiene casa, su familia son las hordas bárbaras. Líder de una tribu de cien clanes y mil grupúsculos. Se autodenomina Coleta Morada. Es la irrupción del descontento, la fuerza incontrolable de quienes no quieren a un Rey. Sus fuerzas han tomado el Castillo de Barcelona y la capital del los 17 reinos.
Lord Albert Rivera, de la casa Ciudadana, hijos de los 35 del Ibex, señor de los Naranjos. Dicen que no duerme y practica magia de sangre. No tienen castillos, ni ciudades pero su fuerza no debe ser menospreciada.
Atrás de ellos, una tribu de casas, clanes y señores feudales se pelean la lealtad hacia las grandes casas.
Meses de rumores hacían presagiar la catástrofe, el dominio de las antiguas casas se tambalea ante el nuevo orden. La convocatoria de los ejércitos ha sido ejecutada y las grandes casas han llevado su maquinaria de guerra hasta las planicies de la capital, los ejércitos encontrados suman 350 millares de almas y a partir de hoy deberán luchar por el control de la Poniente Hispánica.
Dichoso Lord Rajoy quien ha logrado convocar más de 120.000 almas a su ejército, cifra que le hacen poseedor de la mayor fuerza de la región. Con su ejército viejo y cansado busca prolongar su mandato. Aliado del Septón Supremo, cree estar con los Dioses. A su lado, Lord Sánchez ha congregado a 90 mil almas, incapaz de tomar el poder por sí mismo, deberá buscar un aliado fiel.
La nueva órdenes parecen que no saldrán a luchar, al menos no desde el inicio. Pablo Iglesias comandante de las tribus, el jefe absoluto de los bárbaros debe cohesionar numerosos clanes, tribus y círculos. Los bárbaros lo discuten todo, desde quién y cómo debe ser el comandante hasta la mísera estopa de limpiarse el ojal. Cerca, se encuentran los ejércitos de bronce, menos numerosos pero con una fuerza no despreciable. Lord Albert ha dicho que no quiere pelear si no gana. Solamente sacarían las armas para ganar.
A lo lejos, una legios de nobles feudales, caballeros regionales y antiguas casas desgraciadas miran el esplendor de la batalla que se avecina.
Los estandartes azules acompañados por gaviotas y su inmundicia; estandartes rojos con el puño y la flor con los soldados de PER como abanderados; las hordas de tribus, con miles de millares de banderas, con círculos mal trazados por el alcohol, ven el encuentro, beligerantes y pacientes; estandartes de bronce, apostados a lo lejos, parecen que hoy no quieren luchar.
Los días para la batalla están contados, habrán bajas, muchas. El destino de pueblo está en sus manos, mientras éste se adentra en las tabernas a beber la fuerte cerveza negra y a comer un trozo de pierna de cerdo.