En una reciente opinión #1 publicada en el sub de |articulos (el sub de artículos para las clases populares) un forista ha sugerido que los republicanos que apoyan la figura del rey son legión. Parece lógico en un país donde son legión los católicos no practicantes. Sería más sencillo llamarlos herejes si no fuera porque en general no parecen seguir una ideología alternativa, no son católicos, pero tampoco arrianos o protestantes, ni republicanos o marxistas, si acaso son lolafloristas #2, porque si bien dicen sentirse demócratas poco más encontraremos que conformismo con el estado de cosas que impusieron unos abuelos muertos a otros abuelos muertos en una votación chunga que ocurrió hace casi medio siglo. Y aunque quieren pasar por pragmáticos al defender la existencia del rey como un actor significativo para el mantenimiento del sistema, lo que siempre sale a relucir cuando debates con ellos es que nuestros políticos son lo peor y que el rey es mejor político que todos ellos (¡que todos nosotros!), tanto como para seguir siendo jefe del Estado. Y esa es la base de las monarquías.
Todos coincidimos en que nuestro régimen no es una monarquía y en que un rey, dentro de él, es un político limitado, en teoría, a ciertos aspectos simbólicos, protocolarios y de merchandising, una figura que los abuelos muertos pusieron ahí y que podríamos remover si es que hiciera algo mal o llegara a ser muy conflictivo. Claro que hay multitud de cosas malas que hacen reyes, príncipes y princesas sin que ocurra gran cosa. También es cierto que es más complicado poner en orden a un rey o quitarlo que a cualquier otro político del gobierno. Pero un rey esta ahí y se quita o se deja por las mismas razones que utilizaríamos con cualquier otro político. Un rey es un político como mi vecino o mi gato, no es ni mejor ni menos adecuado que cualquier otra persona para lo que sea que haga en su puesto, y sólo es peor en nuestro régimen en tanto que rey. Tampoco con los reyes las cosas han estado mejor, con monarquías absolutas hemos tenido pobreza, represión, caciquismo, atraso general, guerras coloniales y guerras civiles continuas durante veinte siglos.
La insistencia en defender la monarquía tiene que ver con entender la sociedad desde un pensamiento mágico donde se asume que existen políticos más capacitados para el gobierno en función de su sangre o de un destino determinado por fenómenos sobrenaturales. Nuestros "republicanos monárquicos" no son republicanos, y sobre todo no son pragmáticos, son idealistas de la monarquía. Al final sea cual sea la etiqueta que vaya antes de "monárquico" acaba en la razón de la monarquía: que un hombre es mejor que los demás por su ascendencia o porque un hada le dio una espada mágica. Y así no avanzamos. Los reyes se basan en ideas absurdas e injustas para cualquiera que tenga una cosmovisión moderna de la política. A estas alturas no tendría que haber fascistas juancarlistas, ni socialistas felipistas o republicanos monárquicos, hace un par de siglos que deberíamos estar tirándonos los trastos a la cabeza desde ideas modernas y haber dejado a los reyes volar libres sobre sus dragones, luchando por anillos de nibelungos y conquistando tierras de elfos.