Emerge del silencio un rasgueo de guitarra, de una esquina recóndita que no podemos atisbar, un rasgueo que nos resulta familiar y que va intensificándose.
De fondo se empiezan a escuchar las primeras voces entusiastas y vitoreantes, que paladean el momento.
Entra por fin la voz de McCafferty tras ser anunciado por los charles y el teclado de Darrell Sweet y John Locke, respectivamente; estamos en Vancouver, en el Pacific Coliseum, en algún día de Mayo de 1.981, y compartimos la excitación del enloquecido público en lo que es un aniversario en toda regla. Este mes se cumplen 41 años del…