La fundación CEPS, dirigida por Iglesias y varios líderes hoy de Podemos, guió en 2011 la guerra sucia propagandística de Hugo Chávez contra los opositores venezolanos. Aconsejó al Ejecutivo bolivariano infiltrar policías y médicos entre los opositores venezolanos para erosionar su credibilidad e intentar reputarles de locos.